La vida cotidiana a través de la cerámica mochica



Aunque se trate de un arte rígido en su diseño, su fino acabado realista de gran calidad pictórica por su policromía, tiene un alto valor etnográfico porque permite reconstruir la vida cotidiana de los mochica: los productos agrícolas que utilizaban, la relación con los animales, sus costumbres de caza, sus bailes, o la manera de descansar y las enfermedades
que más les preocupaban. El arte mochica refleja en su cerámica un detallismo particularmente emotivo en el retrato de animales. Los cuis, zorros, ranas, llamas y garzas son los animales privilegiados en una representación que no descuida pequeños detalles. En la dieta de la cultura moche eran básicos el maíz, el ají, la coca, el frijol, la papa y la yuca. La aridez climática en la que se asentó la cultura moche los llevó a desarrollar sistemas hidráulicos alrededor de ríos andinos, de poco caudal, que convertían en oasis los valles desérticos de la costa norte peruana y permitían la creación de las parcelas de cultivo denominadas wachkas.
En los hábitos de caza destacaba la del venado, en las tierras altas, y en el mar la de la foca y el lobo marino. En sus usos agrícolas incorporaron la utilización de fertilizantes animales como el guano, por lo que llegaron a viajar cientos de kilómetros al sur para acceder a las grandes guaneras de la región de Paracas. Pero la cerámica mochica también tenía un uso ritual notable, referidos a los entierros, los castigos a prisioneros, la guerra, los sacrificios y el retrato de los dirigentes de esta cultura, que complementa el arte mural de las famosas Huacas de la Luna y del Sol. Es notable el trabajo de representación en el uso funerario de su cerámica. El acabado decorativo de las cabezas retrato o huacos estaba modelado y pintado. Incluso en los rostros de las personas enterradas se pueden identificar las deformaciones debidas a enfermedades endémicas. Lamentablemente un saqueo indiscriminado ha hecho que se pierdan muchas de estas obras. El descubrimiento del entierro del Señor de Sipán se libró de este expolio y permitió conocer en su integridad la riqueza de la cerámica y sobre todo la metalurgia refinada de la cultura mochica.



Ruinas de Chanchan
Ruinas de Chanchan (Trujillo, Perú). A orillas del río Moche, los chimú construyeron la antigua ciudad con bloques de adobe, cantos rodados, moldes de barro, vigas de madera y muretes de paja y caña, materiales que integran la panorámica de la ciudade-la en la costa como si fuera una extensión natural del medio. Compuesta por diez grandes unidades o barriadas, contiene en su eje central la plataforma sepulcral del rey, circundada alrededor por las casas de los oficiales y otros subditos gubernamentales y, en las zonas periféricas, por los obreros y artesanos y demás población civil.