El Emperador de la Gran Muralla


La más colosal obra de ingeniería que haya podido imaginar y llevar a cabo la humanidad se extiende 7.300 km en la China septentrional, presenta una altitud de 6 a 8 metros y tiene torres defensivas. Se trata, como es sabido, de la Gran Muralla china, cuyas obras inició en el año 221 a.C. el emperador Ts'in Shi Huang Ti, soberano de la dinastía Ch'in. Ya se ha señalado que su construcción demuestra la existencia de un estado unificador, pues, por qué habría que proyectar una muralla de tan vastas magnitudes si no para proteger casi todo el territorio chino de los ataques de los tártaros, por aquel entonces la principal amenaza que llegaba del norte. Así, el citado emperador ha pasado a la historia con el doble mérito de haber puesto en marcha la construcción más enorme que se haya realizado jamás a la par que fue el primero en unificar la totalidad de las regiones de China.
Además, Ts'in Shi Huang Ti llevó a cabo una serie de iniciativas políticas y diplomáticas sin las cuales el curso de la historia del denominado hoy día gigante rojo sería bien diferente. Primero inició una de las campañas militares más efectivas de la historia, pues en apenas diez años acabó con el secular problema del descontrol y la amenaza que suponían algunas regiones bárbaras. Por otro lado, con más astucia y falta de escrúpulos que diplomacia, destruyó a todos los rivales que amenazaban su gobierno, y, una vez ampliados los límites de China, impulsó una rígida organización territorial, política y administrativa que la dinastía Han recibió como legado.

Guerreros de Ch'in-Han (Xianyang). D
Guerreros de Ch'in-Han (Xianyang). Después de unificar el reino levantando la Gran Muralla, la última voluntad del emperador Ts'in Shi Huang Ti fue ser enterrado bajo un túmulo de 48 m de altura con sus concubinas, los obreros que trasladaban su tesoro antes de cerrar el sepulcro y un ejército de terracota de más de 7.000 soldados de casi dos metros de altura y 1.300 caballos de barro cocido y carros de combate de bronce, dispuestos en 11 corredores de 200 m de largo. Las estatuas son fieles reproducciones realistas de sus soldados reales, por lo que no hay dos figuras que presenten las mismas facciones.