No se tienen noticias de qué acontecimientos políticos fueron la causa del hundimiento del Imperio Antiguo. Lo cierto es que al terminar la VI Dinastía desapareció prácticamente el poder central de los faraones de Menfis y se entra en un período anárquico, que dura un siglo y medio, que los egiptólogos conocen con el nombre de Primer Período Intermedio.
La nobleza feudal y el poder aislado de las ciudades se reparten el país en un movimiento histórico que recuerda a la Edad Media europea y que ha hecho hablar de una «Edad Media egipcia».
Al llegar la que se llama XI Dinastía, se restablece de nuevo la autoridad real por una usurpación de los príncipes de Tebas, en el Alto Egipto. Debió de ser hacia el 2000 a.C, y fue Mentuhotep II el príncipe tebano que restableció la estabilidad política y adoptó el título de Unificador de las Dos Tierras, o sea de los dos Egiptos.
Para entonces muchas cosas habían cambiado. El pueblo egipcio fue psicológicamente afectado por tan largo período de disturbios y su confianza en la estabilidad inmutable del mundo había sido golpeada con gran dureza. Todo ello se refleja directamente en el arte del Imperio Medio, en el que a la pasión por la Muerte sucede un amable tono menor, una poesía de la vida cotidiana que procura, al contrario, adoptar una melancólica posición de olvidar el pasado y aprovechar el presente.
La expresión del rostro de los faraones de este período pierde la majestuosa inmutabilidad antigua y se hace más simpática, impregnada de cierta tristeza. Las diversas expediciones de exploración al Alto Egipto, donde Mentuhotep II engrandeció su capital de Tebas, ciudad que continuaron embelleciendo todos sus sucesores, nos han proporcionado maravillosos retratos de los Amenemhet y de los Sesostris de la XII Dinastía.
Tienen un estilo inconfundible. Conservando los rasgos peculiares de la fisonomía de cada uno, están como envueltos en una atmósfera de tristeza y desolación que los hace extrañamente interesantes. Parece como si adivinaran que aquella restauración imperial tenía que ser ahogada por la terrible invasión de los hiksos que liquidó el Imperio Medio hacia el 1700 a.C.