Breve introducción

 

A diferencia de lo que se creyó durante mucho tiempo, el gótico no fue un movimiento artístico que naciera en Alemania, sino que dio sus primeros pasos en Francia y se extendió rápidamente a España y también, con igual intensidad que en el país galo y la península Ibérica, al territorio germano. Es una verdadera lástima que algunos de los edificios más interesantes del legado gótico de Alemania fueran destruidos durante la II Guerra Mundial, aunque, a pesar de que precisamente castillos como el de Marienburg quedaron en estado ruinoso, Alemania continúa siendo, quizá más que cualquier otro país europeo, la nación en la que las retinas quedan impregnadas del encanto de los espléndidos castillos góticos.
Por tanto, como se tendrá ocasión de comprobar seguidamente, en el país germano han quedado excelentes obras de arte ojival que pertenecen por derecho propio al patrimonio monumental de la humanidad, entre las que hay que destacar, sin lugar a dudas, la imponente catedral de Colonia, cuya construcción, como tantos edificios góticos, se prolongó durante varias décadas.
A medida que se acrecentan las distancias del epicentro del arte gótico, esto es, del norte de Francia, las construcciones son mucho más cercanas en el tiempo. Es el caso, por ejemplo, de Polonia, que habría de esperar hasta entrado el siglo XV para construir sus edificios góticos más emblemáticos. Por otro lado, la distancia geográfica con respecto a Francia de los nuevos territorios que iba conquistando el arte ojival no supuso un necesario alejamiento de las formas galas, pues muchos constructores franceses viajaron por Europa sembrando las bases del nuevo estilo en los Países Bajos, Bohemia, el Báltico, Rusia y el Norte de Europa; en definitiva, contribuyendo a la expansión por el mundo europeo del arte gótico, prácticamente al mismo tiempo en que una nueva revolución, el Renacimiento, empezaba a reclamar su lugar en la historia.


La catedral de Friburgo de Brisgovia

En tierras alemanas, y sin abandonar aún las directrices del opus francigenum, se halla la catedral de Friburgo de Brisgovia, graciosa quilla de tres naves con una torre magnífica en la fachada, en el espacio que corresponde a la nave central. Fue iniciada en el año 1253, cuando el gótico acaba de penetrar en Alemania, y continuada en 1354, después de una larga interrupción, según los planos de Juan de Gmünden.
El ábside, con su giróla y sus capillas, presenta, visto por fuera, un aspecto muy hermoso, con las finas puntas de los pináculos y los calados ligeros de sus contrafuertes.

 


Catedral de Friburgo

Catedral de Friburgo de Brisgovia (Baden Württemberg). Presenta una torre única extraordinaria, cuya planta y su hermosa decoración fue modelo para las torres de la catedral de Colonia.