En cuanto a castillos, el más completo, el de Pierrefonds, fue restaurado, acaso de modo excesivo, por Viollet-le-Duc. Tiene una gran escalera de honor en el patio y sus flancos están defendidos por torres circulares, terminadas con cubiertas cónicas de pizarra. Las salas principales estaban decoradas con frescos heráldicos, y en la mayor parte de ellas se abrían grandes ventanales de colores, que constituían otra nueva decoración.
Castillo igualmente formidable, sin restaurar todavía, es el que construyó el rey Renato de Anjou en Tarascón, en las inmediaciones del puente sobre el Ródano. Se trata de un inmenso cubo de piedra con torres en los cuatro ángulos, coronado por almenas y matacanes, levantado a principios del siglo XV.
Muchas ciudades francesas poseen aún restos de murallas góticas con las típicas almenas cuadradas y las torres en los ángulos, pero pocas de ellas conservan tan intacto su recinto como Aviñón, sin igual en toda Francia. La parte superior de las murallas está adornada con una crestería o barbacana, que defiende también las puertas.
Esta es, en Francia, una época de villes neuves -como ocurre en todos los períodos de prosperidad-, en cuyo interior, debidamente protegido por sólidas murallas, la burguesía y el artesanado habitaban los barrios, clasificados por oficios. Las casas estaban construidas a menudo de madera, con un entramado vertical visible al exterior que se prestaba a la decoración escultórica, y por lo común cada piso se componía de una o dos habitaciones, que bastarían para las necesidades de la familia.
La urbanización de las ciudades se adaptaba generalmente a los accidentes del terreno, pero cuando se fundaba una ciudad nueva se disponían las calles con arreglo a un plan regular preconcebido. Así es como la urbanización de Aigues-Mortes tiene la forma de una cuadrícula perfecta, con las calles principales que desde las puertas conducen directamente a la plaza central. Algunas ciudades importantes, como París, estaban empedradas, en gran parte, pero por lo regular en esas épocas los servicios de alcantarillado y limpieza eran muy primarios, y por el centro de la calle discurría a menudo un arroyo de inmundicias.
Murallas de Aigues-Mortes. Estas murallas fueron levantadas alrededor de esta villa francesa, en el siglo XIII, bajo el reinado de Luis IX. Su perímetro es de 1.640 m y su belleza y funcionalidad radican en la gran simplicidad, solidez y homogeneidad arquitectónica.
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