La influencia de las Órdenes mendicantes

 

Favoreció la propagación del estilo gótico en Italia, durante el siglo XIII, la fundación de las Órdenes religiosas de mendicantes, franciscanos y dominicos. Ambas Órdenes fueron aprobadas por la Sede Apostólica en el momento de mayor apogeo de la Francia gótica. San Francisco hablaba francés y se supone que compuso en este idioma sus canciones juveniles. Santo Domingo pasó la mayor parte de su vida en el sur de Francia, pero, además, la directa e intensa participación de los dominicos en la Escolástica les atraía hacia el centro de estos estudios, que era París. Tanto franciscanos como dominicos enviaban a la universidad de París a sus mejores novicios. Las ciudades italianas acogieron con gran entusiasmo las nuevas Órdenes religiosas. Franciscanos y dominicos, en lugar de retirarse a los páramos desiertos para elevar sus almas con la soledad y el trabajo, tenían empeño en mantenerse en contacto con los burgueses, con el fin de reafirmarles en las ventajas de la vida cristiana.
Los franciscanos tenían su santuario principal en Asís, donde estaba el sepulcro del fundador, y la iglesia de San Francisco es, de hecho, uno de los monumentos góticos más curiosos de Italia. Para construirla tuvieron que levantarse unos robustos contrafuertes desde el llano, donde antes estaba el vertedero de las basuras. Como prueba de humildad, allí había querido Francisco que le enterraran, pero sus compañeros deseaban para el fundador un gran templo-sepulcro, y a fin de satisfacer ambos deseos se construyó en el vertedero una enorme subestructura. Encima está una cripta de todo el plan del templo, y más arriba aún se levanta una iglesia ligera, de una sola nave con crucero y un ábside. Las bóvedas de la nave están contrarrestadas por unos machones cilíndricos, como sólidas torres, iguales que los de la catedral de Albi, en Francia. Parece que la obra fue dirigida por dos maestros italianos; sin embargo, se trataba de una empresa internacional, para la cual se recogió dinero en toda la cristiandad, y esto da la explicación que predominara en ella el estilo gótico, entonces triunfante en toda Europa.
Los dominicos, por su parte tenían al santo fundador de la Orden enterrado en Bolonia, en una iglesia conventual que por desgracia se transformó radicalmente durante el siglo XVIII. En la misma ciudad, la catedral dedicada a San Petronio también es de estilo gótico, antes de que el sepulcro del santo se trasladara a la iglesia de su título, hoy muy reformada. Estaba proyectada para ser mucho mayor que en la actualidad. Se ideó con plan vastísimo de una iglesia de tres naves con capillas laterales y transepto, también éste de tres naves que está comenzado, pero se ejecutó sólo hasta la mitad. Los trabajos, empezados por la fachada, hubieron de suspenderse al llegar al crucero.
Las iglesias de las Órdenes mendicantes no eran sólo para los frailes, sino que estaban abiertas para recibir a todo el pueblo, que iba a escuchar sermones o presenciar debates teológicos que frecuentemente entablaban, desde un pulpito a otro, dos oradores. Aún hoy en Italia las cofradías populares y los gremios se reúnen, más bien que en la catedral, en las iglesias de las Ordenes mendicantes. Las diferentes capillas del ábside hacen un servicio parecido: cada una de ellas está puesta bajo la advocación de una familia principal, que de este modo quedaba ligada preferentemente a la Orden religiosa a que pertenecía la iglesia. Las corporaciones populares y los grandes aristócratas, afectos a estas nuevas Órdenes religiosas, enriquecieron sus capillas con maravillosas pinturas ya en los primeros atisbos del gótico tendente al prerrenacimiento, en el siglo XIV. La iglesia franciscana de la Santa Croce, en Florencia, muy vasta, es un museo y a la vez panteón nacional, donde están enterrados Miguel Ángel, Maquiavelo y Galileo Galilei, entre otros. Su techumbre de madera se apoya sobre pilares y arcos ojivales, iniciados en 1295. La iglesia de los dominicos, Santa María Novella, situada en el otro extremo de la ciudad, es también un edificio de formas góticas, revestido de esculturas y pinturas del Renacimiento.
La influencia de los templos de los frailes mendicantes se nota en las últimas catedrales, como antes la de las iglesias cistercienses en las primeras construidas. La catedral de Florencia, Santa María del Fiore, está cubierta con bóvedas góticas; en una vista de ella que está recogida en un fresco del siglo XIV y donde se supone concluida según el proyecto primitivo, puede verse que se había pensado en equilibrar los empujes con contrafuertes exteriores. Después, al avanzar la obra, se prefirió dejar sus fachadas lisas, todas ellas revestidas de mármoles preciosos, y, naturalmente, hubo necesidad de atirantar los arcos con barras de hierro visibles por todas partes.
Este ejemplo prueba una vez más que el genio italiano se avenía mal con el razonado equilibrio de las construcciones góticas; y, siempre que podía, suprimía los contrafuertes, incluso a cambio de introducir tirantes de hierro, que iban de pilar a pilar, en el arranque de los arcos.

interior de la iglesia de la Santa Croce de Florencia

Vista interior de la iglesia de la Santa Croce de Florencia, en la que están enterrados, entre otros personajes ilustres, Miguel Ángel, Maquiavelo y Galileo Galilei.

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