Los Países Bajos

Por su situación geográfica, Flandes y Holanda, los actuales Bélgica y Países Bajos, debían recibir directa y tempranamente el arte gótico francés. La catedral de Amberes, entre todas las iglesias belgas, es la que posee una planta más monumental, con sus siete naves, y al mismo tiempo descuella gallardamente por sus magníficas torres, una de ellas sin remate, y la otra, con una altura de 123 metros, como un campanario aislado, que es la más bella de las torres belgas. El ábside de la catedral de Amberes fue comenzado por Pedro de Appelman el año 1352, pero siguió trabajándose en la obra hasta fines del siglo XV.
La catedral de Bruselas, dedicada a Santa Gúdula, se comenzó, según parece, en el año 1226, y el ábside y la giróla son aún de puro estilo francés. Muestra en la fachada dos torres del siglo XV sin terminar que, si tuvieran el remate completo, habrían resultado muy parecidas a las de Amberes, pero les falta el pináculo superior. Otra de las iglesias de Bruselas, la llamada de Nuestra Señora, tiene un ábside que en ciertas particularidades recuerda mucho el de la catedral de Reims.
En Brujas hay también dos iglesias góticas construidas con ladrillo, la de Nuestra Señora y la de San Salvador, en las cuales el estilo nacional no se ha caracterizado todavía. La torre de la fachada de la iglesia de San Salvador, levantada en 1116, es todavía románica. En su interior, las naves tienen puro carácter gótico francés; los haces de molduras descienden desde la bóveda, a lo largo de los pilares, hasta el suelo. Esta disposición no debía durar mucho en Bélgica; pronto las bóvedas aparecen sostenidas por columnas cilíndricas lisas en lugar de los haces de molduras, y la escultura decorativa toma un aire de regocijada ligereza que está en consonancia con el carácter de los artistas de Bélgica y Holanda. En los Países Bajos, las iglesias del siglo XIV acaban por perder la rigidez y severidad francesas.
Los burgueses, agrupados en los gremios de artes y oficios, empiezan a levantar sus casas corporativas, y en las plazas de las ciudades se edifican los más colosales palacios de municipios y lonjas de contratación que existen en Europa por esta época. El más monumental de estos edificios públicos era el de Ypres, llamado Halle des Drapiers o Les Halles, con su torre cuadrada que se elevaba en el centro de una larga crujía de tres pisos, cubierta por un tejado altísimo. Fue empezado en 1200 y no se concluyó hasta el 1304. Era propiamente un mercado de paños de lana, que en esta época fue la principal industria de los Países Bajos.
Este edificio monumental fue destruido durante la I Guerra Mundial, y actualmente es posible sólo contemplar su reconstrucción realizada después de 1918. Brujas tenía dos de estas Halles: el edificio de los armadores, llamado Halle de l'eau, y otro de los mercaderes de paños, obra del siglo XIII. Su fachada es menos extensa que la de las Halles de Ypres, pero la torre que se levanta en el centro, cuadrada, maciza, dominando todo el edificio, es la torre más alta de las orillas del mar del Norte. Su remate octogonal, que contiene un fantástico carillón, fue terminado en 1482. Algunas ciudades, como Ypres y Amberes, conservan además las Halles de la carne, principalmente para el tráfico de embutidos y conservas, de los cuales se hacía también gran comercio en los Países Bajos.
Brujas, Lovaina y Bruselas poseen sus Hótel-de-Ville, y hasta en poblaciones menores se erigieron por la vanidad de sus ciudadanos desproporcionados palacios comunales. Todos responden a un mismo plan: un gran edificio de varios pisos, con una fachada larga; en la planta baja un pórtico, que serviría para mercado, y una torre cuadrada, con su reloj y campanas para llamar a los ciudadanos en casos de peligro. Algunas veces el Hotel-de-Ville tiene cuatro crujías, que forman un patio, pero en la mayoría de ellos el edificio se reduce a una crujía larga con la torre central.

Detalle de las ventanas de la catedral de Bruselas

Detalle de las ventanas de la catedral de Bruselas. Las entradas de luz de este templo constituyen uno de los elementos más interesantes de esta construcción gótica. El delicado trabajo de las vidrieras está acompañado de una rica ornamentación exterior, elaborada con esculturas y pináculos.

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