Mirón, el primer gran artista


Alcanzada la época de Mirón, se puede afirmar que por primera vez en la Historia del Arte se está ante una personalidad original y documentada. Desde este momento, hay que prestar atención no sólo a las magistrales obras de arte que habrán de llegar, sino a los artistas que las imaginan y crean.
Antes de Mirón se han encontrado obras de arte maravillosas en Egipto, Grecia y Oriente, pero eran más bien obras colectivas, impersonales; ningún artista se destacaba del conjunto característico de su escuela. De la misma Grecia se conocen varios nombres de escultores que firmaron sus obras en los siglos anteriores: Antenor, Akermos, Critio, Nesiotes, Onatas..., mas para la actualidad son tan sólo nombres, y no se tenía forma de componer un retrato de su vida y de su personalidad.
Se produjeron en tiempos más antiguos obras más bellas, más grandiosas, más perfectas, más proporcionadas, pero no se descubrió hasta entonces una figura de artista tan personal como este Mirón, maestro del movimiento y de la técnica en bronce, que conoció las mieles del éxito y también, como todos los grandes artistas, recibió duras críticas quizá porque su arte se adelantaba a su tiempo y no satisfacía enteramente los parámetros artísticos de su época.
Mientras unos, como Luciano, hablan del Discóbolo como de una obra maestra por todos los conceptos, otros, como el retórico latino Quintiliano, dicen desdeñosamente: "¿Puede haber nada más artificial y contorsionado que el Discóbolo de Mirón?"



Discóbolo de Castelporziano

Discóbolo de Castelporziano (Museo Nacional de las Termas, Roma). Copia romana de la obra del célebre Mirón (hacia el año 450 a.C).