Ordenes arquitectónicos: el jónico

A continuación se trata el segundo estilo, el predilecto de los griegos de Asia, llamado en su conjunto orden jónico. También en éste el templo se levanta sobre un pedestal o estilóbato. La columna ya no apoya su fuste directamente sobre el suelo, sino que tiene una basa, con una serie de molduras circulares. La basa de la columna jónica es muy variada. Los tratadistas alejandrinos y romanos, al escribir sobre estos órdenes griegos, la fijaron arbitrariamente en una combinación de tres molduras: dos cóncavas, llamadas toros, y una convexa o escocía. Pero en los templos principales de Jonia, la basa es mucho más complicada, con una serie de molduras abundantísimas superpuestas. A veces, como en el templo de Éfeso, antes de la basa hay un pedestal cuadrado en que se apoya toda la columna. El fuste es cilindrico y con estrías que se reúnen en bisel, no cortadas vivamente, como en el orden dórico. Las estrías acaban en una convexidad esférica y encima se apoya el capitel. Este tiene una faja decorada con las llamadas ovas, y a cada lado se retuercen dos molduras espirales o volutas. Las volutas son la parte más característica del capitel jónico, como el equino lo es para el orden dórico. Dan forma y belleza a la columna.
El entablamento es parecido en sus líneas generales al del estilo dórico, pero tiene alguna mayor ligereza y variedad en sus elementos. En primer lugar, el arquitrabe no es liso, sino que está dividido en tres fajas por una simple moldura reentrante. El friso no tiene el cuadriculado geométrico de las metopas y triglifos, sino que es una zona franca en que se desarrolla libremente la decoración escultórica. La cornisa avanza menos que en el orden dórico, y son característicos unos dentellones y una moldura con ovas. El cimacio es siempre de piedra y termina en una gola con palmetas esculpidas.
Poco se conoce todavía sobre los orígenes de este segundo estilo griego, que debió de tener otro principio que el megarón prehelénico, el cual, evolucionando, constituyó el estilo dórico, pues nos faltan los ejemplares primitivos. El capitel con volutas es oriental; se encuentra en abundancia en muchos relieves asirios, y también en Chipre y en Fenicia. Las primitivas volutas de los capiteles jónicos son sim-plicísimas, con pocas vueltas en su espiral, y así son también los citados capiteles orientales. Un templo jónico primitivo descubierto en Neandria dio a conocer varios capiteles antiguos en los que las volutas, poco enroscadas, se apoyan sobre unos graciosos remates de hojas, análogos a los de las columnas persas.
Es interesante observar como las formas del capitel jónico primitivo van evolucionando gradualmente hasta llegar a convertirse en el maravilloso capitel jónico de la época clásica. Es extraordinario asimismo ver como una composición de formas, todas ellas insignificantes de por sí, consigue, al juntarlas de manera tan atinada, un resultado estético que puede calificarse de insuperable.
Algunos de los santuarios jónicos de Asia tienen la disposición especial de patio a cielo abierto, que es ya familiar de los pueblos semíticos. Eran de dimensiones colosales; el templo de Éfeso tenía doble hilera de columnas alrededor de la celia, y hasta es probable que ésta no fuera un lugar cubierto, sino un patio como el del templo análogo en Mileto.
El estilo jónico evolucionó de la misma manera que el dórico. Es curioso comparar las columnas del templo primitivo de Éfeso con las que se construyeron de nuevo posteriormente, con motivo de su restauración, en el siglo IV; las más antiguas tienen mayor robustez y el capitel está más ensanchado.
No puede hacerse una separación de estilos según áreas geográficas bien determinadas. Aunque en un principio se limitaron a la región de su origen, después de las guerras médicas el orden jónico fue adoptado por los griegos del continente, y templos dóricos se encuentran también en Asia. El entusiasmo de la victoria fundió las dos razas y las familiarizó con los dos estilos; hasta algunas veces los diversos órdenes se combinaron en un mismo edificio. Por ejemplo, en los Propileos, puerta monumental de la Acrópolis de Atenas, las columnas de las fachadas exteriores son dóricas y las del interior, jónicas.

Columna jónica

Columna jónica del santuario de Olimpia. Los jonios, establecidos en las riberas de Asia Menor, crean un orden arquitectónico elegante y ligero. Contrastando con el orden dórico, pueden apreciarse algunas de las principales diferencias entre ambos, tales como el desarrollo de la basa, el fuste acanalado, el capitel que forma dos volutas o el friso continuo que permite un mejor desarrollo de la escultura.