Durante la dinastía Ching se puso gran énfasis sobre la sencillez técnica y la perfección, más que sobre las consideraciones estéticas, con el resultado de que algunos trabajos parecían fríos e insensibles por muy bien hechos que estuvieran. A partir de 1680 el emperador tomó un interés personal en las artes y patrocinó el desarrollo de 27 artesanías diferentes en el palacio de Pekín.
Se reconstruyó la factoría imperial de cerámica y se mejoraron las condiciones de trabajo. Durante los reinados siguientes, supervisores competentes establecieron y mantuvieron en la factoría un elevado estándar de manufactura y la calidad y acabado de las vasijas era mantenida cuidadosamente. Se introdujo una amplia variedad de vidriados monocromos, brillantemente coloreados, aunque sobre formas que tendían a ser rígidas y anodinas.
La Compañía Holandesa de las Indias Orientales, establecida en 1602, pronto estuvo conduciendo un amplio y próspero comercio de exportación con China, y España, Portugal, Holanda, Inglaterra, Francia, Dinamarca y Suecia estaban representadas en Cantón.
Los europeos favorecieron algunas formas y dibujos más que a otros y finalmente los chinos adaptaron su producción de acuerdo con este criterio. Para las vasijas hechas para el uso interno en China esto no tuvo efecto apreciable, pero alrededor de la primera parte del siglo XVIII se hacían para la exportación objetos como saleros, vinagreras y tazas de té y café con platillos. En los dibujos chinos se incorporaron motivos europeos, y como resultado se hicieron atiborrados y se oscureció o perdió su significado.
La cerámica de porcelana decorada, que se produjo en cantidades bastante grandes durante el reinado de K’ang-hsi (1622-1773), empleó los dibujos tradicionales chinos de ciruelos, peonías, lotos y crisantemos, así como escenas históricas. El principal estilo de decoración consistió en emplear esmaltes y familias de colores, como «familia verde», en la cual grandes zonas se pintaban de diferentes verdes. El amarillo, rojo, berenjena y negro se emplearon también de esta manera.
Los colores frescos y transparentes y la temática de aventura, daba a estas cerámicas encanto y elegancia. Los colores, a menudo pintados directamente sobre la vasija y cocidos como sobre bizcocho, se recubrían con vidriado, lo que daba al dibujo una calidad suave y subyugante.
El reinado de Ch’ien Lung (1736-1795) muestra el último gran período de la actividad cerámica china. La arcilla se utilizó para imitar, con mucho éxito, bronce, jade, conchas, madera y laca.
El comercio occidental estaba en su cumbre y mucha cerámica se llevaba a Cantón para decorarla antes de ser exportada. Fue muy popular la decoración de trabajo calado, en el cual los agujeros prensados o profundamente incisos se rellenaban con vidriado; algunas veces se conoce como «cuencos de arroz» por la forma de granos de arroz de los agujeros translúcidos.
Ching-te Chen no fue el único centro de producción. Se hicieron cerámicas campesinas en muchas zonas, utilizando materiales locales y destinadas al uso local. En una zona se hizo loza cocida a bajo fuego, que podía utilizarse directamente sobre la llama desnuda. Tres grandes grupos de cerámica; Swatow, Yi-hsing y Blanch-de-China fueron, aparte de por su excelencia técnica y belleza, altamente influyentes en Occidente.
La cerámica Swatow era una porcelana producida provincialmente durante el siglo XVII, y después decorada con gran vigor con esmaltes verdes y rojos. Gran parte de ella se exportó al Japón, donde era muy admirada, así como a Europa, donde influenció los dibujos utilizados sobre la porcelana. Con frecuencia se utilizaron como decoración barcos, compases de marinero, cangrejos y camarones, así como otros dibujos más convencionales. Hecha para el uso cotidiano, los dibujos tenían un frescor y espíritu derivados parcialmente de su método rápido de producción.
A finales del siglo XVII y en siglo XVIII se hicieron y exportaron a Europa en grandes cantidades la cerámica Yi-hsing y las cerámicas Blanch-de-China. La cerámica Yi-hsing de la provincia de Kiansu formaba el grupo más grande de cerámica sin vidriar. Hecha de arcilla marrón roja finamente preparada, adquiría un ligero brillo al cocerse a alta temperatura. Las vasijas eran, o bien torneadas y recortadas, o hechas por prensado de arcilla en moldes de este material; se produjeron principalmente teteras con una amplia variedad de formas; algunas eran lisas y redondas y otras eran cuadradas o hexagonales.
Las cerámicas posteriores imitaron materiales como el bambú o el metal. Se exportaron en grandes cantidades a Europa, donde estimularon a Bottger, Elers y Dwight en sus investigaciones para hacer porcelana. Las vasijas conocidas con frecuencia como cerámica búcaro, tenían una agradable sencillez de formas y color.
La cerámica Blanch-de-China, producida en Tehua, provincia de Fukien, se exportó también en grandes cantidades a Europa. Era un producto muy diferente, una pasta de porcelana de baja temperatura, altamente vitrificada, de color blanco lechoso y translúcida. El modelado plástico de dragones y similares se realizó, a veces, en los cuellos de las botellas pero el producto principal consistía en estatuillas de Kuan-Yin, el dios budista de la misericordia.