Los primeros ceramistas artísticos surgieron en Francia tempranamente, en el siglo XVI. Bernard Palissy (aproximadamente 1510-1590) hizo vasijas vidriadas al estaño modeladas con animales y plantas clásicos, altamente personales. Charles Avisseau (1796-1861), de Tours, emuló su trabajo. Es, sin embargo, Theodore Deck (1823-1891) quien puede identificarse como el primer ceramista artístico moderno.
Finalmente se convirtió en el director de arte de Sévres, pero antes de ello había abierto su propio taller en París, en 1856, para hacer barro cocido decorativo. Como Morgan en Inglaterra, Deck se inspiró en las vasijas Isnik y persas y en las cerámicas de lustre, sobre las que basó gran parte de su trabajo. Técnicamente su trabajo fue excelente e inventivo; los colores eran uniformes y vivos, aunque las formas eran menos interesantes.
Sólo más tarde el trabajo de Deck fue influenciado por las lozas japonesas importadas que se vieron en la Exposición de París de 1878, y que le inspiraron para hacer vasijas vidriadas de rojo, cocidas en horno de reducción. Otros ceramistas se sintieron más libres para experimentar, improvisar e interpretar las influencias orientales a su manera. Ernest Chaplet (1835-1909) produjo vidriados vivos y profundos y tuvo gran influencia en los ceramistas que le sucedieron; trabajó también en la cerámica decorada con engobes, en las factorías de Laurin y, más tarde, Haviland, antes de establecer su propio taller en Choisy-le-Roi.
Augusto Delaherche, Albert Dammouse y Adrien Dalpa-yat fueron influenciados por su trabajo y contribuyeron al notable florecimiento de la cerámica de estudio. Ceramistas artísticos, tales como Taxile Doat, colaboraron felizmente en la producción de las fábricas.
Jean Charles Cazin (1841-1901) trabajó también la loza en estilo japonés, pero su trabajo en Francia finalizó cuando tuvo que huir a Londres, por las revueltas de 1871. Como maestro en la Lambeth School of Decorative Art, trajo nuevas ideas e influencias estilísticas. Enseñó a Robert Martin, a la vez que hacía sus propias vasijas.
La influencia del art nouveau, fue absorbida feliz y fructíferamente por artistas como Delaherche, así como los escultores Jean Carries, Georges Hoentschel y Émile Decoeur. En el sur de Francia la alfarería de Clement Massier, en Golfe-Juan, produjo vidriados nacarinos, vivamente iridiscentes y formas que reflejaban la influencia del art nouveau.
Los ceramistas franceses, a diferencia de sus contemporáneos en Inglaterra, tenían una actitud hacia la cerámica de estudio que les relacionaba claramente con las bellas artes; la colaboración entre ceramistas, pintores y escultores no era rara, como, por ejemplo, Gauguin y Carries y Chaplet, quienes produjeron un trabajo nuevo y excitante. Estos experimentos precedieron a las cerámicas de Picasso, en Vallauris, quien se apropió de la tradición de los barros cocidos vidriados al estaño brillantemente coloreados, hechos en España y el sur de Francia.