Está acreditado que un alfarero de Tunstall, Enoch Booth, introdujo la práctica del bizcochado del barro cocido en Staffordshire, aproximadamente en 1750.
Esto hacía a la cerámica más fácil de manejar, puesto que era más fuerte y proporcionaba una superficie adecuada para absorber el vidriado de plomo, cuarzo y arcilla, que ahora se mezclaba en forma líquida.
La práctica del bizcochado se había utilizado mucho con anterioridad por los ceramistas que hacían mayólica vidriada al estaño.