El desarrollo en la península itálica llegó algo más tarde que en Grecia. El primer estado importante fue Etruria, poderosa, altamente desarrollada y guerrera, situada entre Roma, Florencia y los montes Apeninos.
Los villanovenses, que vivieron en la región de Etruria antes que los etruscos, eran hábiles metalúrgicos y alfareros; incineraban a sus muertos y enterraban las cenizas en urnas.
Hacían las vasijas por una combinación de métodos de trabajo a mano y en el torno.
Se utilizó arcilla bastante basta con contenido de hierro, y a menudo la superficie era bruñida. Algunas de las vasijas estaban decoradas con dibujos incisos, muchas veces geométricos, aunque al final del siglo VIII a.C. es evidente la influencia oriental por el uso de la flor de loto y de los monstruos mitológicos.