Historia de la Cerámica
América

La cerámica, tanto en el norte como en el sur de América, desarrolló estilos totalmente diferentes de las vasijas hechas en otras partes del mundo. Los alfareros de América estuvieron protegidos de las invasiones y en consecuencia de las influencias, hasta que los exploradores y colonizadores llegaron en el siglo XVI. Las primeras vasijas presentan dos grandes características. En primer lugar, todas están hechas a mano, bien sea utilizando rollos o anillos de arcilla, o hechas a mano en moldes. No se utilizó el torno de alfarero. En segundo lugar todas están decoradas con engobes de arcilla coloreada o pigmentos. El vidriado era desconocido. Los colonizadores, procedentes de Europa, llevaron métodos y técnicas muy diferentes.
Geográficamente las áreas en las cuales se hizo la mayor parte de la cerámica en América son diversas y abarcan tierras bajas cálidas y pantanosas, desiertos, tierras altas y valles cultivados. Los primeros nómadas, probablemente de origen mongol, viniendo desde el norte de América se asentaron en las zonas más cálidas de América Central y es aquí donde se hizo la mayor parte de la cerámica. La cerámica americana más primitiva es única. La separación del resto del mundo, durante algunos miles de años, permitieron el desarrollo de una sociedad de tipo neolítico sin ayuda ni impedimento, hasta que fueron visitados y, en su momento, conquistados por los invasores procedentes de Europa. Los invasores encontraron una sociedad fantástica y totalmente extraña, con patrones artísticos totalmente distintos de los suyos.
El trabajo de los metales no se desarrolló en América hasta los siglos ix y x d.C.; la rueda era, o desconocida o no desarrollada, y generalmente se empleaban para el transporte muías o trineos, mientras que las personas ricas o importantes eran trasladadas en litera. La cestería se desarrolló muy pronto, precediendo a la cerámica en muchas zonas, y para hacer las vasijas se utilizó una técnica similar al método de enrollado, utilizado para hacer cestos. El vidriado fue desconocido, existiendo en raros casos y en ellos se utilizó para decoración más que con finalidad funcional; por ejemplo, en la cerámica hecha en el sureste de Norteamérica. A partir de este entorno, bastante primitivo, surgió un estilo característico de cerámica, utilizando únicamente métodos de trabajo a mano. Las vasijas estaban decoradas, utilizando, o bien decoración incisa, o en relieve, o engobes coloreados. Los hornos eran primitivos, pero en algunas zonas estaban suficientemente desarrollados para permitir controlar la atmósfera, posibilitando la obtención de la coloración negra asociada con la cocción reductora. Las formas de la cerámica tendían en sí mismas a ser rechonchas. Las semillas y el maíz, la alimentación básica, tenían que ser almacenados y se hicieron muchas vasijas para esta finalidad. Los cacharros de cocina, que constituyen el mayor grupo de cerámica, muestran las características de las vasijas utilizadas por una sociedad primitiva viviendo al nivel del suelo; por ejemplo son corrientes los fondos redondos para asentarse en el fuego, o apoyarse en superficies blandas, así como los cuencos con patas en trípode, para sostenerse sobre suelos irregulares. Las caras modeladas en las vasijas apuntan hacia arriba, de manera que pueden verse claramente cuando estas vasijas están colocadas sobre el suelo.
Indudablemente, la cestería juega un gran papel, influenciando las formas de la cerámica. Tres métodos de construir la cerámica —el enrollado, el moldeado y el modelado—, usados separadamente o en combinación, permitieron hacer casi cualquier forma. Esto contrasta fuertemente con la utilización del torno, que impone un límite a la figura de la vasija.
La decoración era raramente naturalística, en cuanto no intentaba reproducir las formas naturales de animales o flores, tal como existen en la naturaleza. Estos motivos eran interpretados estilísticamente y se adaptaban al medio constituido por la arcilla. Por ejemplo, en la cerámica Mimbres los insectos se simplificaban y se representaban como motivos y dibujos. Las escenas en las vasijas mayas son muy estilizadas, mientras que representan los acontecimientos con precisión. Los dibujos geométricos son los motivos más corrientes y se presentan a través de la mayor parte de la región. En algunas zonas los patrones están claramente influenciados por los dibujos textiles contemporáneos, mientras que en otros se presentan como bellas figuras geométricas básicas, utilizadas para satisfacer la división del espacio.
La costumbre de enterrar las vasijas con los muertos, practicada por muchas tribus, ha conservado mucha cerámica, a menudo en buenas condiciones. La mayoría de evidencias acerca de grupos de gente hace largo tiempo desaparecidos, se han destruido, bien sea por los conquistadores del siglo XVI, o por la propia naturaleza de los materiales; por ejemplo, el adobe, una mezcla de barro y paja utilizado para construir las casas, no tiene la durabilidad de la piedra.
La forma y dibujo de las vasijas, hechas por un grupo concreto de gente, reflejan claramente el modo de vida contemporáneo. En algunos grupos, especialmente en la cultura mochica del Perú, las vasijas presentan, pintados o modelados en ellas, muchos aspectos de la vida contemporánea, desde escenas de comida y caza, hasta las de hacer el amor y los castigos. La cerámica de la América primitiva no sólo sirve como un registro social, conservando únicamente detalles de acontecimientos que de otra manera no habrían quedado registrados, sino que también es una forma de arte por propio derecho, que refleja el pensamiento y el logro estético de comunidades siguiendo una corriente única de desarrollo. Tres divisiones geográficas naturales nos proporcionan tres grupos de clasificación de la cerámica americana.

América antigua (hasta 1500 d. C.)
Suroeste de Norteamérica
Indios pueblo
Indios hohokam
México
Período formativo mexicano (aproximadamente 1500 a. C.-300 d. C.)
Período clásico mexicano (300-900 d. C.)
Los mayas
Período maya posclásico (aproximadamente 950-1325 d. C.)
Los aztecas (1325-1420 d. C.)
América del Sur
Cultura Chavín (aproximadamente 1200 a. C.-l d. C.)
Cultura Mochica (aproximadamente 1-1200 d. C.)
Pueblo Chimú (aproximadamente 1200-1450 d. C.)
Cultura Nazca de la zona meridional
Otras culturas meridionales
Los incas (aproximadamente 1450-1550 d. C.)

La llegada de Cristóbal Colón a América, en 1492 y la subsiguiente conquista por los colonizadores españoles, puso fin a la mayor parte de la cerámica primitiva americana, excepto en algunas zonas remotas y protegidas. Los indios pueblo, en lejanas zonas meridionales de Norteamérica, continuaron haciendo sus formas y dibujos tradicionales hasta finales del siglo XIX, pero se encontraban sólo en número relativamente pequeño. Durante los siglos XVI y XVII los colonizadores europeos llegaron en gran número a la costa Este de Norteamérica.

América moderna (1500-1860)
Cerámica popular americana
Cerámicas rojas
Loza y vidriado a la sal
Producción industrial


Pieza de cerámica prehistórica de los indios Pueblo (School of American Research, Santa Fe, New Mexico, EE.UU)