Eduard Manet, clasicista e impresionista

De ambientación imaginada son otros tres cuadros de asuntos españoles que se hallan en los Estados Unidos. Jeune femme en costume d'espada, de 1862, es una pintura de suave colorido, y uno de los primeros lienzos en que Manet se valió de su famosa modelo Victorine Meurend, la cual aparece convencionalmente vestida de "matador" dieciochesco. Su cuerpo, algo rollizo, destaca ante la desacertada evocación de una suerte de varas que estropea la colocación de esa atrayente figura femenina con respecto a las de los toreros que aparecen en el fondo. Más acierto, en cuanto al traje y postura, se manifiesta en el Majo que Manet pintó en 1863 empleando como modelo a su hermano menor Gustavo, y que, como el anterior cuadro, se exhibe en el Museo Metropolitano.
A esas "españoladas" pondría término otro lienzo de 1863, de grandes dimensiones: Episodio de una corrida, cortado después por su autor en pedazos. Su fragmento más valioso es el Torero muerto (Galería. Nacional, Washington). Cuando el referido lienzo se expuso en 1864 (un año después de la exposición del Déjeuner sur l'herbe), los críticos se despacharon a gusto contra Manet; uno de ellos le llamó: Monsieur Manet y Courbetos y Zurbaran de las Batignollas, y otro le acusó de pasticheur, a la vez, de Goya, Velázquez y el Greco, lo que obligó a Baudelaire a salir, desde Bruselas, en defensa del autor, en estos términos: "La palabra pastiche no es justa, Monsieur Manet no ha visto jamás ningún Goya, Monsieur Manet no ha visto jamás ningún Greco... Cuando nosotros gozábamos de aquel maravilloso Museo español que la estúpida República Francesa, en un excesivo respeto de la propiedad, entregó a los príncipes de Orleáns, Monsieur Manet era un niño, y prestaba servicio a bordo de un navio".
Que entonces, Manet conocía por lo menos grabados de Goya, es incuestionable. Pero, insistiendo en el Torero muerto, ya en el mismo año 1864 un crítico favorable al pintor, apellidado Thoré, señaló una directa relación entre aquella figura exánime y el lienzo Homme mort, que considerado entonces de Velázquez, se hallaba en París, en la Colección del Conde Guy de Pourtalés. Ahora ese supuesto lienzo velazqueño yace en los depósitos de la Galería Nacional, en Londres, precisamente porque no fue Velázquez quien lo pintó. Según noticias de fecha ya antigua, su autor pudo muy bien ser Eugenio Lucas, quien (como es archisabido) realizó falsificaciones de pintura española por encargo de un anticuario francés. Añadamos que su autor se inspiró, no en Velázquez, sino en el Finís gloriae mundi de Valdés Leal.
Desde 1862 hasta 1864 Manet fue pintando también otra clase de obras: naturalezas muertas (pescados, o cuadritos con fruta, o peonías) que traducen su aguda fineza visual, y en 1864 marinas realizadas en Boulogne, o aspectos de las carreras hípicas en Longchamp (muy diferentes a las que ya entonces reproducía Degas). Con posterioridad insistiría en tales temas, sobre todo en los de mar.
Una referencia reportada por Proust (en sus Souvenirs) de agosto de 1862, informa acerca del deseo, manifestado por Manet, de ejecutar importantes desnudos femeninos, y ello se tradujo, en la realización de dos obras maestras en 1863, ambas ahora expuestas en el Musée d'Orsay. Una de ellas, denominada primeramente Le bain, es la universalmente conocida como Déjeuner sur l'herbe, y se exhibió en la exposición de obras de Manet celebrada en la Galería Martinet, e inmediatamente después en el Salón des Refusés que, liberalmente (y por una sola vez), permitió celebrar Napoleón III en dicho año, ante las protestas formuladas contra el excesivo rigor que mostraban los jurados de admisión en los Salones tradicionales.
La exhibición del Déjeuner desencadenó una general repulsa e incluso el propio Napoleón III juzgó "indecente" el asunto del cuadro, que representa, ante un fondo de frondas con un riachuelo, a un grupo formado por dos jóvenes artistas que conversan sentados en el césped, y con ellos (mirando al espectador) una hermosa mujer desnuda, también sentada y con el cuerpo visto de perfil (Victorine Meurend); otra bañista arropada con un camisón blanco, aparece al fondo, y en primer término, a la izquierda, ropas y una pamela, con la cesta que contiene frutos y otros alimentos de una comida campestre, constituyen una exquisita naturaleza muerta cuyo cromatismo se basa en deliciosos rapports de matices predominantemente fríos.

Fusilamiento de Maximiliano de Edouard Manet

Fusilamiento de Maximiliano de Edouard Manet (Staedtische Kunsthalle, Mannheim). En este óleo podemos ver la influencia de Francisco de Goya en la pintura de Manet, que conoció en el Museo del Prado gracias a un viaje realizado a España. Concretamente nos referimos a la obra de Los Fusilamientos del 3 de mayo, donde la composición de los fusilados a la izquierda y los soldados a la derecha, es la misma.

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