Khandariya Mahadeva

La dinastía de los Candela (950-1203) embelleció sus ciudades con templos, palacios y fortificaciones, en especial en su capital Khajura-ho, donde se afirmó la maravillosa cultura artística. De entre estas construcciones goza de indiscutible popularidad el llamado santuario de Khandariya Mahadeva, dedicado al dios Shiva, verdadero arquetipo de los templos de la India central durante la Edad Media.
Erigido en el siglo XI, esta joya del arte hindú cuenta con un zócalo de gran altura que sostiene el templo cuya planta, con partes que sobresalen en los cuatro lados, forma una especie de cruz. El pabellón de recepción (ardhamandapa) y el sucesivo vestíbulo (jagamohana), de tamaño creciente, la sala hipóstila o sala de los hombres (mandapa) y la antecámara que la separa del santuario o capilla del dios (garbhagriha), forman una larga suite que conducen al devoto hasta la cella central, alrededor de la cual una galería sirve de paseo cubierto.


Khandariya Mahadeva

El conjunto del templo, que en el norte de la India recibe el nombre de nagara, aparece aquí como la yuxtaposición de partes independientes que se organizan en un todo unificado. Balcones salientes dejan entrar la luz, creando una sabia alternancia de zonas más y menos iluminadas. Los saledizos que protegen la escalera y los vestíbulos están cubiertos con una techumbre escalonada, con gradas de tamaño cada vez más grandes.
Tal sucesión confiere al conjunto del monumento un perfil curvilíneo que se escalona hasta la cima del sikhara, construido encima de la celia o santuario principal. Una serie de medios sikhara de tamaño creciente, pegados unos a otros, crean un efecto análogo en la parte posterior del edificio.
Estas torrecillas (sikhara), agrupadas alrededor del cuerpo principal, el (mulamanjari), hacen el efecto de un ramillete que se eleva hacia el cielo y que simboliza el monte Meru, el Olimpo de los dioses hindúes.
Una profusa decoración escultórica, integrada por más de 850 estatuas, recubre los muros exteriores del templo, de piso en piso, que están totalmente recubiertos de imágenes eróticas (mithuna). Dioses menores y personajes femeninos de delicado modelado, esculpidos en un relieve muy marcado sobre un gres rosa, fino y muy blando, decoran las paredes exteriores. Sus cuerpos, en poses sumamente flexibles, se pliegan a los múltiples imperativos de la icono grafía y se funden en la superficie animada de la pared.
Esta iconografía particular, cuya interpretación exacta es objeto de discusiones, se inscribe dentro de la prolongación de una antigua tradición que exige la representación de parejas de amantes, de carácter protector, en el exterior de los lugares santos. También cabe relacionarlas con diversas concepciones tántricas todavía mal conocidas o con un significado místico. Todo un estilo deslumbrante al servicio de una extraordinaria riqueza imaginativa.
La calidad del artista y de su cultura iconográfica se manifiesta en todos los templos de Candela por los detalles perfectamente trabajado. El templo de Khandariya Mahadeva, célebre por sus innumerables motivos eróticos, se alza en Khajuraho, al norte de la India.

Khandariya Mahadeva