Las Vanguardias

El fenómeno esteticista fuera de Inglaterra y Estados Unidos

El fenómeno esteticista, que tuvo tanta importancia en Inglaterra, no dejó de afectar a otros núcleos industriales, como París, la Lorena, Bélgica, Austria, Baviera, el Piamonte, Cataluña y Moscú, sin bien lo experimentaron en menor escala.
En París, Gustave Moreau con su preciosismo, Odilon Redon con su irrealismo y Puvis de Chavannes con su mística elevación purista, forman el lado refinado y evasivo de la respuesta al capitalismo, mientras que Van Gogh y Gauguin, desde 1886, con Lautrec, buscaron la salvación en lo primitivo, reivindicaron el arte negro y la estampa japonesa, y rechazaron, con su retorno a la pintura plana, los últimos cuatro siglos de arte occidental.
En Lorena, ya en los años setenta, Emile Gallé, de Nancy, renovaba la morfología de los objetos de uso con temas naturales, sorprendidos en su forma viva. En Bélgica, Leys había seguido al prerrafaelismo y el intimismo de Everpoel y estaba cerca del de Whistler. La arquitectura de Otto Wagner, en Viena, realizaba una purificación paralela a la de Voysey.
En Baviera, Bócklin tenía la fantasía sombría de Moreau y Von Marees era un equivalente de Puvis. En el Piamonte, Raimondo d'Aronco, antes de ser modernista, participaba en el monumentalismo, que era una forma de luchar contra lo ecléctico.
En Cataluña, la exposición de 1888 ponía de moda el mobiliario y los objetos japoneses, mientras que en Moscú, Sava Mamontov, un gran industrial, suscitaba la creación del grupo de esteticistas eslavófilos, reivindicadores de lo popular y lo bizantino.

Fachada de la casa de Otto Wagner en la Linke Wienzeile 38 de Viena.

 
Fachada de la casa de Otto Wagner en la Linke Wienzeile 38 de Viena.
 

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