Paul Klee

Lustig?, ¿Risueño?

1915
Acuarela y lápiz sobre papel sobre cartulina, 28,9 x 16,5 cm.
Nueva York, The Museum of Modern Art.
En medio de la devastación de la guerra, Klee sigue creando a ritmo sostenido. El año 1915 es el del aislamiento, dictado por la dispersión de amigos y artistas a raíz del estallido del conflicto. Son raras las posibilidades de contacto con los artistas que hasta entonces parecen haber influido más en él: Picasso y Delaunay, por ejemplo, han quedado al otro lado de la frontera francesa, mientras que Kandinsky, ciudadano ruso, ha vuelto a su país abandonando Alemania, Munich y su círculo de amigos, entre ellos Klee, cuya llamada a filas es inminente. En realidad, tampoco el alistamiento en el ejército supondrá una merma en su producción artística, ya que es destinado a tareas relativamente tranquilas, como el suministro de municiones, hasta el último periodo, pasado en la tesorería.
Esta acuarela se inserta en el conjunto de obras abstractas que replantean, radicalizándola, una aproximación a las formas y a los colores ya elaborada en los meses anteriores a la guerra. Las llamaradas de color que se curvan en su ascenso hacia lo alto indican al mismo tiempo una dirección y un movimiento preciso y se asemejan a las flechas de las que Klee hará amplio uso en obras posteriores, en clara alusión a artistas ahora lejanos, como Kandinsky y Delaunay. Movimiento, contraposición y contraste de fuerzas y apretados espacios entre un campo de color y otro caracterizan la composición, que halla en la realidad una referencia a la arquitectura gótica, siguiendo la trayectoria creativa de Klee en relación con la abstracción a partir de 1914: del yo a lo natural, de lo natural al yo.

 

Lustig?, ¿Risueño?  



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