Man Ray

EL violín de Ingres (1924)

Man Ray

n. 1890 en Filadelfia, f. 1976 en París

Papel gelatinado de plata, retocado con lápiz y tinta china, 31 x 24,7 cm.
París Musée National d'Art Moderne, Centre Pompidou

Man Ray fue uno de los fundadores del dadaísmo en Estados Unidos y se unió a los surrealistas en París, a donde llegó en el verano de 1921. Primero se dedicó como fotógrafo a inmortalizar a sus colegas y amigos en retratos a los que sus efectos de luz especiales dotaban de una atmósfera mágica. Por mediación de Jean Cocteau se convirtió en el fotógrafo oficial de las personalidades intelectuales y artísticas más destacadas. Retrató, entre otros, a Gertrude Stein, Constantin Brancusi y Marcel Proust. A raíz de su traslado a la Rué Campagne-Premiére, donde también residía su colega Eugéne Atget, Man Ray descubrió una especie de fotografía ready made, procedimiento de producción de imágenes de la realidad a través de los mismos objetos, sin intervención del artista e incluso sin cámara. Man Ray expuso por primera vez sus rayografías, consistentes en impresiones de un objeto sobre un papel fotosensible, en la primavera de 1922.
La rayografía con su objeto -éste sólo dejaba su impresión-se limitaba a ser un efecto de la propia luz. Aparentemente era una obra casual que se creaba a sí misma. Era una imagen de la inversión y del extrañamiento, concepto que respondía de una manera ideal a la ideología surrealista. Así, entre las primeras publicaciones de ese nuevo procedimiento fotográfico estaba una carpeta con doce rayo-gramas de Man Ray que acompañaban el texto de Tristán Izara Les champs délideux (Campos deliciosos).
Por el contrario, el efecto de extrañamiento de otras fotografías de Man Ray tenía su origen en el juego recíproco entre la imagen y el título. El enigma de Isidore Ducasse es la fotografía de un objeto envuelto y atado, mientras que el título de El violín de Ingres (Le violón d'lngres) hace referencia a las dos aberturas que Man Ray dibujó en la toma de un desnudo femenino de espaldas. Man Ray da a las formas redondas de la joven el sentido del cuerpo sonoro de un instrumento, alumbrando al mismo tiempo toda una cadena de asociaciones condicionada, y no en último término precisamente, por el título de la obra.
Es inevitable pensar en la importancia de los instrumentos de cuerda para los cubistas, quienes en sus naturalezas muertas incluían mandolinas, violines y guitarras. No obstante, en estos estudios analíticos del espacio, los instrumentos eran simplemente material muerto, sin ningún efecto sensual, en tanto que Man Ray dota a su fotografía de una especial capacidad erótica, como lo subraya la referencia al pintor clasicista Jean Auguste Dominique Ingres, cuyo famoso desnudo de espaldas Baño turco irradia sensualidad precisamente por la absurda precisión de su perfil. En su fotografía, Man Ray recoge a través del turbante de la modelo el ambiente oriental pretendido por Ingres, aunque ironiza sobre la excesivamente fría atmósfera erótica de sus escenas orientales. El título de El violín de Ingres evoca la larga tradición de la ejecución musical como alegoría del juego amoroso, aunque desde la perspectiva de Man Ray el instrumento está en este caso directamente a disposición del solista.

«Fotografío las cosas que no quiero pintar, cosas que de por sí existen.»
Man Ray

EL violín de Ingres  

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