Cuzco y sus alrededores


La capital del Imperio fue la ciudad de Cuzco, cuyo núcleo primitivo data de los comienzos de la cultura incaica y comprende edificios antiguos como el Collcampata o palacio de Manco Cápac, en la ladera de Sacsahuamán, con largos muros de aparejo de mampostería y vanos trapezoidales. En la parte central de la ciudad, creada por Pachacutec, se hallaba la plaza de Huacapata (550 m de largo por 250 m de ancho), atravesada por el río Huatanay; sobre esta plaza estaba el palacio del mencionado Inca o Cesana, la casa de las Aellas o Vírgenes del Sol, de la cual quedan algunos muros, y el Amarucancha o palacio de Huaina Cápac.
El edificio más importante de la ciudad era el templo del Sol o Coricancha, sobre el que se construyó posteriormente el convento de Santo Domingo. Parte de este templo se conserva, evidenciándose su planta rectangular terminada en curva, donde las puertas se abren en uno de los lados mayores. Adjuntas están las capillas de la Luna, de Venus, del Rayo y de las Estrellas, que son recintos rectangulares con hornacinas y una sola puerta. La cubierta del Coricancha era de madera y paja, y una parte de sus muros se hallaba recubierta con láminas de oro. En 1534, los españoles encontraron el disco solar que era de este metal.
Edificio notable, por la perfección de su aparejo, es el Hatunrumiyoc o palacio de Inca Roca, en cuyo muro principal se halla la famosa piedra de los doce ángulos.
La fortaleza de Sacsahuamán está situada sobre una gran explanada, frente al Rodadero, en la montaña que domina la ciudad. Tiene tres líneas de murallas, en diente de sierra, formadas por aparejo me-galítico; en el centro se halla un torreón circular, que constituía la torre de homenaje y última defensa de la fortaleza, con doble hilera de recintos y patio central circular.
A 68 km al noroeste de Cuzco se yergue, sobre una ladera, la ciudad de Ollantaytambo. Está rodeada por una muralla de cuatro a seis metros de altura, en la que se abre un pórtico de piedra que sirve de entrada; en el interior destaca un edificio de muros poligonales con hornacinas. Llama la atención la enorme mole megalítica de seis piedras perfectamente ensambladas (3,65 m de altura). En la parte alta hay dos monumentos rupestres: "el trono de la princesa" y el "altar del Inca". El barrio de viviendas, construido mediante el sistema de canchas, está trazado en forma de damero en torno a una plaza.
Pisac está a 62 km al norte de Cuzco, sobre la margen derecha del río Vilcanota. Situada sobre una montaña, es accesible sólo a través de un largo camino que asciende mediante escalinatas entre an-danerías agrícolas. En la parte superior, y rodeadas de murallas y plazuelas, se hallan varias construcciones religiosas, entre las que destaca el Intihuata-na, de forma troncocónica. Todos los edificios tienen aparejo de sillares.
Treinta kilómetros al sur de Cuzco se halla Pikillacta, que tuvo como función ser un gran almacén de granos y guarnición militar. Situada sobre una falda inclinada, a orillas del río Huatanay, tiene forma rectangular (770 X 680 m). Las calles, muy regulares, se cortan en ángulo recto. Dos plazas, una mayor para la descarga del grano y otra cívica en torno a la cual se agrupaban las viviendas, constituyen los únicos espacios abiertos; el resto está ocupado por las cólicas (secaderos de grano) y silos. La existencia de una muralla perimetral da cuenta de su calidad militar.
Tambomachay, muy próxima a Cuzco, parece ser un lugar destinado al culto del agua; consta de dos cuerpos de sillar pulimentado, adosados a la montaña, sobre los que continuamente cae el agua. Pucapucara es una pequeña fortaleza construida de piedra sencilla, que protege uno de los accesos a Cuzco.
Muy cercano a Cuzco está el Kenko, santuario rupestre de singular importancia. Consta de un semicírculo levantado en torno a un intihuatana, o menhir, siendo la construcción de piedra pulimentada con nichos, donde probablemente se colocaban momias para ritos funerarios. Esta edificación está junto a una gran roca en la cual se han tallado escalones y un complicado sistema de canales con símbolos; debajo existe una cámara sagrada subterránea.
El complejo de Chincheros, al norte de la capital, tiene una serie de edificios entre los que se distingue un templo con muros pulimentados que sirvieron de base a la iglesia virreinal. Lo más interesante es la parte rupestre, constituida por grandes rocas a través de las cuales se abre una puerta. En ella hay un sistema de canales y escalones tallados en la piedra. El conjunto, como es usual, está rodeado de an-danerías agrícolas.
Moray, cerca del pueblo de Maras, es una estructura arquitectónica muy original, compuesta en forma de anfiteatro. De planta circular, está constituido por andanerías en profundidad. El conjunto tiene 209 X 147 m y una profundidad de 150 metros.
Aunque un poco alejado, también deberá considerarse en el complejo cuzqueño, el templo de Viracocha, cerca del pueblo de Cacha, que es el mayor del Imperio. De forma rectangular (105 X 26 m), tiene una estructura de cuatro naves; en el centro se alza un elevado muro de adobe de 12 m de altura, con cimiento de piedra y en el que se abren puertas y ventanas; a los costados, dos hileras de columnas del mismo material sostenían una cubierta de madera y paja. Junto al templo se hallan las habitaciones sacerdotales en torno a canchas. Las viviendas del pueblo son de planta circular alineadas de diez en diez. Es posible que en esto se mantenga una estructura urbana preincaica.

Puerta dolmenica
Puerta dolménica (Ollantaytambo, Cuzco). La fortaleza comprendía inicialmente un conjunto de viviendas, cementerios y lugares de culto sagrado, a los que se accedía por escaleras o cruzando algunas estancias de uso privado. Los bloques de piedra, escrupulosamente pulidos, se insertan en una muralla continua que oscila entre los cuatro y los seis metros de altura.