Cuando en 1900 el Ayuntamiento de Barcelona decidió premiar el mejor edificio del año, optó por esta construcción diseñada por Gaudí para Pedro Mártir Calvet, el fabricante textil que se la había encargado en I 898. Se trataría del único reconocimiento de una obra de Gaudí en vida del arquitecto. El trabajo significó para el artista la primera aproximación al diseño de casas vecinales, por lo que le supuso todo un reto.
La Casa Calvet se encuentra ubicada entre medianeras en una calle del Eixample de Barcelona, en una zona en la que la ordenación y el aprovechamiento del terreno marcaban un estilo demasiado estandarizado para los edificios. Probablemente sea ésta una de las construcciones más convencionales de Gaudí.
Pese a ello, la Casa Calvet es una clara muestra de cómo es posible diseñar construcciones personales partiendo de unas limitaciones y posibilidades arquitectónicas determinadas.
El propietario se reservó en la planta baja un almacén y un despacho (actualmente este espacio está ocupado por un comercio, que conserva elementos decorativos de la época) y el piso principal.
El resto del inmueble se destinó a viviendas de alquiler. Gaudí quiso dejar su sello y proyectó cada piso de forma diferente.
La fachada principal, de piedra labrada y más contenida en formas que la posterior; contrasta en su aparente austeridad con el creativo vestíbulo. Un plano único define la fachada principal, en la que la sillería concede al conjunto un aspecto rugoso, que suavizan los balcones lobulados de hierro forjado y diversos elementos escultóricos.
Adaptándose a las necesidades de los propietarios y al espacio existente, el arquitecto proyectó un edificio de planta prácticamente simétrica en el que dos patios junto a la escalera de la entrada y otros dos en los extremos del edificio permiten la entrada de luz natural.
Gaudí dio gran importancia a la decoración interior de las viviendas; de hecho, diseñó algunas piezas de mobiliario, como el sillón con brazos de una y dos plazas, una mesa y una silla.
Esta colección de muebles supuso su primera incursión en este campo del diseño.También creó otros elementos decorativos, como los techos, la mirilla de la puerta de acceso, las manijas de las puertas, los picaportes o las jardineras de la terraza posterior ble, en 1927, el premio al mejor edificio concedido por el Ayuntamiento de Barcelona.

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