Siglo X e inicios del siglo XI
Arquitectura sagrada entre el islam y el cristianismo
La arquitectura mozárabe es considerada como el último ciclo autónomo de la cultura artística ibérica antes del proceso unificador del románico, constituye una etapa fundamental en la comprensión de la arquitectura de la Alta Edad Media.
El pequeño grupo de iglesias —Berlanga, Mazóte, Lebeña, San Millán de la Cogolla, etc.— de estilo mozárabe se cuenta entre las muy escasas que han sobrevivido de todas las que florecieron entre finales del siglo IX y los primeros sesenta años del siglo XI.
El arte mozárabe inserto entre la arquitectura asturiana de corte y el protorrománico catalán, en un área fronteriza entre el islam y los reinos cristianos, el arte mozárabe define el arte figurativo de las poblaciones cristianas bajo dominio árabe, a las que estos permitieron que continuaran practicando su religión y construyeran sus iglesias.

En un sentido más lato, el concepto mozárabe se aplica al arte de siglo X e inicios del xi que se desarrolla en los tres reinos de Castilla, Aragón y León.
Es un arte debido tanto a la comunidad monástica refugiada en el norte para escapar de la represión árabe, como a los conocimientos de los constructores emigrados al norte por el mismo motivo.
La arquitectura mozárabe resulta así el producto de comunidades en el exilio que llevan consigo modos y formas propios de su tierra de origen, sobre todo de Andalucía. Directas e incisivas son entonces las influencias de los centros islámicos de Toledo y Córdoba, fundidas con las instancias artísticas de las comunidades emigradas a los reinos cristianos.
De ello se deriva una arquitectura simple pero netamente caracterizada por el arte árabe, que se plasma en la adopción del arco de herradura, en la particular forma de los pulvinos, en el frente de los presbiterios a menudo conformado por un mirhab, en el uso del alfiz y en la forma de ajimez dada a ventanas y puertas.
La planta de las iglesias mozárabes presenta algunos rasgos característicos como el ábside múltiple en herradura, en los alzados donde la curvatura en herradura se aplica también en las arcadas estradosadas en dovelas regulares, así como en la técnica donde es habitual usar piedras cuadradas de tamaño mediano.
Desde el punto de vista estructural, adoptan cubiertas de bóveda bastante robustas que garantizan la solidez del edificio: inicialmente, formas simples con bóveda de cañón con arcos transversales o de crucería con aristas vivas; siguen formas más complejas, como la bóveda de pabellón afacetada de San Tomás de las Ollas o la bóveda nervada con las aristas dispuestas en estrella como en San Millán de la Cogolla.
