Behrens (1868-1940), formado en Karlsruhe y Múnich como artista y diseñador, se convirtió rápidamente en la figura central del movimiento artístico vanguardista de Múnich, el foco de la versión alemana del art nouveau, el jugendstil (‘estilo juvenil’).
Aunque empezó como pintor y diseñador de artes gráficas y aplicadas, sus inquietudes le condujeron a formarse como arquitecto de manera autodidacta, pues él veía en la figura del arquitecto al líder de la élite cultural que proporcionaría la forma correcta al nuevo orden social.
Entretanto, enseñó y practicó el diseño en un amplio abanico de campos, adquiriendo especial renombre en el diseño gráfico y tipográfico.
Aunque los trabajos de su primera época revelan un austero clasicismo griego, fue derivando paulatinamente hacia una abstracción geométrica dominada por las figuras puras del círculo y el cuadrado y sus derivados.
En 1907 fue nombrado diseñador industrial de la firma electrotécnica alemana AEG (Allgemeine Elektricitáts Gesellschaft), donde empezó diseñando algunos modelos de lámpara, después todos sus aparatos eléctricos, siguió con el diseño de la imagen corporativa de la empresa, catálogos, publicaciones, etc., y finalmente varios edificios de montaje de la firma.
Behrens fue, asimismo, uno de los fundadores del Deutscher Werkbund, una organización de arquitectos, artistas, diseñadores, artesanos, economistas políticos e industrialistas que propugnaba la reforma educativa e industrial a través de varias vías: la reconciliación de las bellas artes y las artes aplicadas; la revalorización del papel del artista en una sociedad industrial; la mejora del diseño arquitectónico e industrial; y, especialmente, la expansión de la influencia y el poderío económico de Alemania en el mundo.
Behrens intuyó que su privilegiada posición como diseñador de AEG le proporcionaba una oportunidad única de promover esas causas.
Durante el año siguiente, Behrens y el ingeniero de la firma, Karl Bernhard, proyectaron el primer gran edificio de montaje de la compañía, la fábrica de turbinas de AEG en Berlín (1908-1909), donde se fabricarían los grandes motores para barcos.
Dado el rápido crecimiento que por entonces estaban experimentando la flota comercial y la armada alemanas, la gran demanda de maquinaria exigía la construcción urgente de nuevas instalaciones.

Behrens intuyó que esa era su gran oportunidad de crear una fábrica determinada por funciones mecánicas primarias (como la maquinaria que se montaba en su interior), y de elevar la categoría del edificio fabril al reino de la arquitectura.
Lo primero que hizo fue atender a los requerimientos técnicos, con las dos potentes grúas de pórtico sobre carriles, capaces de elevar cargas de 50 toneladas hasta una altura de 15 metros (49 pies). El edificio, de planta rectangular, mide 123 metros (402 pies) de largo por 39,3 metros (123 pies) de ancho, y su estructura de acero está compuesta de 22 pórticos articulados que sostienen los raíles de la grúa y la cubierta acristalada.
Por razones de diseño estructural, la sección de los montantes tubulares de esos pórticos tenía que ser creciente de abajo a arriba; así pues, se mantuvo perfectamente vertical la cara exterior de los pies derechos e inclinada la interior.
Los muros acristalados comprendidos entre los pórticos se enrasaron con la cara interior de los pies derechos, de manera que la consiguiente inclinación se acusaba perfectamente al exterior, acentuada por la verticalidad de la cara externa de los pilares.
El hastial del edificio vino determinado por el perfil de las armaduras de cubierta interiores. Bajo el paramento macizo de su parte superior, Behrens colgó un muro cortina acristalado.
La esquina del paño de pared de hormigón, listado horizontalmente con perfiles de acero, acusa la inclinación de las vidrieras laterales.
Aunque la idea original de Behrens para esta esquina era la de sugerir la esbeltez y la función no portante del revestimiento de hormigón, a menudo ha sido malinterpretada, irónicamente, como evocadora de contención y apoyo.
Con esta fábrica, Behrens cumplió plenamente su intención de establecer un convincente símbolo para la electricidad, y sus obras para AEG, iniciadas con este edificio, fueron alabadas unánimemente por la claridad de su forma determinada por la función.
Entre sus edificios subsiguientes para AEG destacan una fábrica de alta tensión (1908), otra de micromotores (1909-1913) y las viviendas para obreros en Henningsdorf (1910-1911).