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Historia del Arte

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Estilo plástico

Es un término bastante heterogéneo que comprende parte del siglo III y II a.C. Los temas ornamentales proceden del estilo anterior.

Lo peculiar ahora es que la decoración se hace en relieve, es tridimensional, a diferencia de la bidimensionalidad que predominaba en los estilos anteriores.

Este tipo de decoración aparece aplicada en los objetos de superficies curvas, como torques, brazaletes y fibulas; son objetos, por tanto, fundidos, y recuerda el trabajo de la talla de madera, seguramente muy extendido entre estos pueblos, pero imposible de detectar debido a que la madera es perecedera y no se ha conservado hasta el presente.

Diferente es la decoración plástica que aparece sobrerecipientes o discos de lámina de bronce, oro o plata, como el caldero de Bra o el famoso de Gundestrup, ambos de Jutlandia.

La decoración es repujada, se trata por tanto de un relieve, y suele desarrollarse tanto en el exterior como en el interior. Si las representaciones antropomorfas, sobre todo caras, suelen aparecer entre los motivos florales de los anteriores estilos, éstas son motivo principal en estas obras.

Si tomamos como ejemplo la compleja iconografía de Gundestrup, en la que claramente hay elementos persas y del Lejano Oriente, hay representaciones claramente europeas – celtas o latenienses – como la imagen del dios Cernunnos, personajes con torques, soldados de a pie y jinetes con lanzas y escudos.

Precisamente estos escudos, presentes también en los ajuares de las necrópolis o en depósitos fluviales, de forma rectangular ovalada, constituyen otro soporte para el desarrollo de una decoración plástica, repujada, situada en la parte central – el umbo – o a lo largo del eje mayor: por lo general, la temática desarrollada es la clásica de inspiración floral, pero aparecen también representaciones de máscaras humanas, como en el ejemplar arrojado al Támesis en la localidad de Wandsworth.

A pesar de que el relieve es el rasgo propio de este tercer estilo, cuando el soporte es una superficie plana, la decoración sigue siendo incisa con los motivos florales.

Así aparece en las espadas y vainas que las cubren, y sobre todo destacan por su belleza y delicadeza en la ejecución los espejos, frecuentes en Gran Bretaña, con composiciones que cubren toda su superficie.
arte celta
Falera (Musée de Saint-Germain-en-Laye). Esta pieza de bronce está finamente decorada con incrustaciones de coral. Procede de St. Jean-sur-Tourbe, Marne. El pueblo celta desarrolló una gran habilidad artística para el trabajo del metal y las piezas que han llegado hasta el presente así lo corroboran, pues muestran un alto grado de perfección.

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