Se ha denominado «los pueblos del mar» a un conjunto de poblaciones que, siguiendo flujos migratorios, aparecieron en el Mediterráneo oriental durante el siglo XIII a.C. Se les ha considerado, junto a otros factores, los causantes de la crisis económica, política y social que asoló la costa oriental del Mediterráneo hacia eí 1200 a.C.
Hasta la guerra de Troya (siglo XIII a.C), el mundo conocido vivía en prosperidad económica y política. La zona helénica era gobernada por los micénicos, Egipto era un estado asentado y poderoso, Troya era el punto neurálgico de la costa occidental de Asia menor y el Imperio hitita dominaba Anatolia. Sin embargo a finales del siglo XIII a.C. todos estos imperios se vinieron abajo por causas bastante confusas.
Los micénicos, que habían destruido Troya pocos años antes, desaparecieron a causa de olas migratorias que propiciaron que la población se dispersara, que se abandonaran los campos e, incluso, que se perdiera la escritura. Asia Menor tampoco escapó de esta destrucción. Las zonas dominadas por Ugarit y Tarso fueron arrasadas.
El Imperio hitita se vio sumido en un caos y su capital, Hattusa, fue destruida hasta los cimientos. Este imperio anatólico nunca más se recuperó y desapareció para siempre de la historia. Egipto fue atacado, sin embargo, a diferencia de las demás civilizaciones, pudo resistir la invasión pero jamás se recuperaría de los esfuerzos económicos y humanos de las batallas contra los invasores.
Las únicas menciones contemporáneas de estos invasores son las egipcias, pues fue este imperio el único que logró subsistir a la invasión. Las dos fuentes principales que nos hablan de «los pueblos del mar» son los relieves del templo funerario de Ramsés III en Medinet-Habu y el llamado Papiro Harris, redactado durante el reinado de Ramsés IV.
En ambos textos se nos nombran las distintas etnias que configuraban estos pueblos: los peleset, los tjeker, los shekelesh, los denyen, los weshesh, los shardana, los teresh, los akawasha y los lukka.
Hacia 1285 a.C. tuvo lugar la batalla de Kadesh que enfrentó al Imperio hitita y al egipcio, que debido al poder de ambos contendientes, no tuvo un ganador claro. Esto supuso que se estableciera un equilibrio entre ambos mediado por la diplomacia. La estabilidad política de la zona se mantuvo hasta que hacia el 1200 a.C. se iniciara la ola de destrucción y llegara hacia el 1186 a.C. a Egipto.
Llegaron al delta del Nilo principalmente por tierra, por el actual Israel, y por mar, de ahí que los relieves de Medinet-Habu se refieran a ellos como «los pueblos que venían de las islas del mar». Cabe señalar que el poder naval de estos navegantes debía ser enorme, pues su flota impresionó sobremanera a los egipcios. Los relieves del templo de Ramsés III muestran unos navios superiores a los de los egipcios, cosa que hace suponer que eran pueblos marineros y que debían provenir de la zona del Egeo, pues ni siquiera se tenía tanto conocimiento naval en la zona helénica.
Ha habido muchas hipótesis sobre la identidad de estos pueblos. Tradicionalmente se ha considerado que los peleset eran filisteos o palestinos, los tjeker eran los teucros, los shekelesh eran sículos (sicilianos), los denyen eran los dáñaos, los weshesh eran los troyanos (de Wilusha, el nombre hitita de Troya), los shardana eran los cerdeños, los teresh eran los tartesos, los akawasha eran los aqueos y los lukka eran unos piratas que costeaban Chipre y Asia Menor.
Actualmente se tiende a suponer que los pueblos del mar eran las gentes de Micenas y Troya, las cuales, debido al empobrecimiento de ambas ciudades después de la guerra de Troya, abandonaron sus lugares de origen y se lanzaron a la mar en busca de un lugar donde establecerse. Así, los nombres que aparecen en los textos egipcios se referirían a las zonas en que éstos se habrían establecido.
Sin embargo parece extraño que Micenas cayera en tal pozo si había ganado la guerra. Se cree que debido al esfuerzo se debilitó sobremanera, cosa que propició que los dorios, un pueblo germánico centroeuropeo, se aprovecharan y se establecieran en la península helénica, dando lugar 500 años después al florecimiento de la Grecia Arcaica.
De esta manera, los pueblos micénicos (akawasha, denyen) emigrarían hacia el este, donde se unirían a los troyanos (weshesh), y de ahí irían estableciéndose por Asia Menor hasta llegar a Palestina y uniéndose a los filisteos (peleset), atacarían Egipto. Otro grupo de micénicos habría emigrado por mar estableciéndose en Sicilia (shekelesh), Cerdeña (shardand) y Chipre (itjeker). Desde las islas se habrían unido con sus «hermanos» para luchar contra Egipto.
De todas maneras es todavía hoy un misterio saber quienes fueron realmente «los pueblos del mar» y que sucedió realmente en torno el 1200 a.C, pero parece claro que estos pueblos aprovecharon la coyuntura debida a la crisis generada por la guerra de Troya.
Estatuillas de bronce (Museo Arqueológico Nacional, Beirut). Estas figurillas chapadas en oro fueron encontradas en el Templo de los Obeliscos de la antigua ciudad de Biblos. En dichas representaciones se perciben reminiscencias egipcias y una característica formal eminentemente fenicia en el típico gorro cónico conocido con el nombre de lebbadé.
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