En el claustro de la catedral de Jaca y en diversas dependencias contiguas se ubica el Museo Diocesano.
Aunque guarda diversas tallas en madera y la reja románica del coro de Santa María de Iguácel, su principal atractivo reside en las pinturas murales procedentes de diversas iglesias de la diócesis (Ruesta, Susín, Navas…), cuyo estado ruinoso amenazaba su conservación.
La riqueza y la calidad de estas obras permitieron fundar una excelente pinacoteca románica, la segunda en importancia de España tras el Museo de Arte de Cataluña, en Barcelona. Los frescos de Bagues son el conjunto más importante y mejor conservado de sus fondos.

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