El estilo Cheshire

El llamado estilo de Cheshire apareció en el seno del período artístico celta de La Tène, alrededor del siglo IV a.C., aunque su momento de expansión fue durante el siglo posterior, aproximadamente del año 200 a.C. al 300 a.C. Se trata de un penodo muy im portante a nivel histórico, pues es durante esta etapa cuando los celtas empiezan a establecerse en la Gran Bretaña. Este estilo es contemporáneo del llamado estilo de las espadas (desarrollado especialmente en las actuales Hungría y Suiza) y del estilo plástico, en el que destacan sobre todo las realizaciones en relieve.
El estilo de Cheshire contempla un conjunto de manifestaciones artísticas típicamente celtas. En ellas, se suelen asociar gran variedad de formas, confundiéndose los motivos vegetales, abstractos, representaciones de seres humanos y animales. El resultado es un conjunto ambiguo, cuya verdadera naturaleza es difícil de determinar. Son composiciones complejas en las que se suele incorporar diferentes formas de simetría.
Esta línea estilística responde a la propia idiosincrasia de las sociedades celtas de La Tène, cuya iconografía parece fundada sobre la idea de la capacidad que poseían los dioses de adoptar aspectos diferentes, ya fuere extraídos del reino animal como del vegetal. En consecuencia, el estilo de Cheshire es una tentativa verdaderamente excepcional de representar varias de esas formas conjugadas bajo una única imagen.
El estilo de Cheshire debe esta apelación al llamado "Gato de Cheshire", uno de los personajes de Alicia en el país de las maravillas de Lewis Carroll. Este extraño animal conseguía aparecer y desaparecer a su voluntad, confundiéndose con los elementos del fondo. Por ello, el estilo de Cheshire es también conocido bajo el epígrafe de "metamorfosis plástica", término encuñado por Paul-Marie Duval y Venceslao Kruta.
Pertenecen al estilo de Cheshire gran variedad de trabajos de metal, de lograda destreza técnica, así como abalorios y brazaletes realizados mediante cuentas de cristal coloreadas o ámbar. Un buen ejemplo de ornamentaciones de este estilo sería un mango de caldero en bronce hallado en Dinamarca (en el que se combinan los motivos geométricos con la representación volumétrica de la cabeza de un búho), en la superficie del cual podemos ir descubriendo multiplicidad de figuras escondidas, semejando las apariciones misteriosas del "Gato de Cheshire".

reverso de espejo

Reverso de espejo (Museo Británico, Londres). Descubierto en 1908 por unos obreros que excavaban mineral de hierro en Desborough, Northamptonshire, bastaría para situar el arte celta como maestro de la espiral, de la curva y de la contracurva, por la refinada preocupación del artífice en evitar que la línea se entrecruce.