La gran sala hipóstila de Karnak es todavía la mayor sala cubierta de piedra que existe en el mundo; tiene 152 metros de largo por 51 de ancho, con 134 columnas para sostener el techo; las doce columnas de la nave central son de igual diámetro, todas ellas, que la columna Vendóme de París.
Una catedral gótica cabría holgadamente dentro de esta sala iniciada por Sethi I y terminada por Ramsés II. Esta obra colosal de los faraones de la XIX Dinastía es el mayor espacio religioso construido por los hombres de cualquier época o país.
En cuanto al santuario propiamente dicho, estaba en una segunda sala y a veces después de un nuevo patio más pequeño que el anterior. Era el lugar santo por excelencia, donde acaso entraba sólo el faraón y el sumo sacerdote, y donde se conservaba la imagen de la divinidad. A medida que se va avanzando en el interior del templo, los patios y las salas van reduciéndose de dimensiones, el techo es más bajo, el nivel del suelo se eleva y la luz se amortigua: todo prepara el ánimo para penetrar en el lugar recóndito donde estaba el divino fetiche. Además de estatuas antropomórficas del dios, se conservaban allí reliquias mágicas.
Nada más peligroso que las divisiones cronológicas de los estilos egipcios. La columna egipcia presenta gran variedad de formas que coexisten en distintas épocas: el pilar cuadrado del llamado templo de la Esfinge está presente profusamente incluso en el Alto Egipto y las columnas con facetas planas se hallan también allí en abundancia.
Los capiteles con flores de loto o de papirus que forman el gracioso remate de las columnas de los patios de Luxor y del Rameseum, en Tebas, tienen precedentes en el Egipto antiguo; no es posible establecer una rigurosa división cronológica de los estilos de Egipto, basándose en los tipos de columna.
Pero existen algunas formas preferidas del Imperio Antiguo, como los soportes con capitel en forma de palmera; en cambio, otros capiteles complicados son de invención más reciente y usados más por los constructores de la época de los últimos faraones.
Los llamados pilares osiríacos, o sea los soportes en forma de Osiris amortajado, con los emblemas divinos, que están presentes en el Rameseum, parece que fueron principalmente erigidos durante la dominación de los Ramésidas, y casi caracterizan las construcciones de los monarcas de esta familia.
Una circunstancia bien característica de la columna egipcia es la ausencia completa de basa, reducida a lo más a un simple cojinete anular de poca elevación, de suerte que la columna parece descansar sobre el suelo. El encanto principal del templo de Luxor procede de sus maravillosas columnas papiriformes construidas en época de Amenofis III, quince siglos a. C. Doscientos años más antiguas que las de la sala Hipóstila de Karnak, estas columnas figuran haces de papirus recogidos en un collar por debajo del capitel; éste se ensancha de nuevo formando como un cáliz recio que soporta el peso de los arquitrabes.
