Es el primero de los seis retratos de Léopold Zborowski realizados por Modigliani durante su relación, basada en un acuerdo comercial al principio y en una fecunda amistad después.
Alrededor de 1915, uno de los lugares frecuentados por los artistas y poetas que no estaban en el frente era el 3 de la Rué Joseph Bara, donde tenían el estudio Pascin, Kisling y Per Krogh.
Organizaban con regularidad veladas en las que participaban, entre los poetas, André Salmón, Jean Cocteau, Max Jacob y Raymond Radiguet y, entre los pintores, Derain, Utrillo, Modigliani y Soutine y después otros procedentes de la Ruche como Chagall, Archipenko y Zadkine.
Fue probablemente en una de estas veladas de invierno como se conocieron Modigliani y Léopold Zborowski. El polaco era ya conocido en aquella época como intelectual y poeta.
A Léopold le habían impresionado las obras de Amedeo cuando las vio por primera vez en el estudio del pintor suizo Lejeune, en 1916.
En aquella época, la cotización de Modigliani no superaba los doscientos francos, y el artista no lograba despegar.
Lleno de entusiasmo por las obras del joven italiano, a principios de 1916 Zborowski ofreció al pintor un contrato: quince francos al día más lienzos, colores y modelos a cambio de la exclusiva sobre su producción, éste era el acuerdo. Modigliani aceptó.

Óleo sobre lienzo, 65 x 43 cm.
Colección particular.
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