Esta pintura fue autentificada por Cecilia de Madrazo como de mano de su esposo en 1867, hecho que contradice la inscripción que se conserva en un ángulo de la acuarela, donde se lee la fecha de 1868 y la ciudad de Roma como lugar en donde fue realizada.
Se trata de una de las numerosas acuarelas que Fortuny realizó en Italia y en las que se dedicó a retratar personajes populares del lugar. En este tipo de pinturas Fortuny llevó a cabo un trabajo casi de documentalista ya que, más allá de un determinado argumento o historia, lo que le interesó fue hacer un puro y simple retrato de lo que veía.
El protagonista de la pintura no es más que un modelo, del que no interesa lo que está haciendo, sino simplemente su vestuario y su actitud.
En el reverso del papel se conserva otro dibujo en acuarela, en este caso inacabado, en el que aparece representada una mujer vestida con indumentaria de campesina romana, con un cántaro en la mano.
Esta pintura, que el pintor abandonó, seguía de cerca las fotografías que ya en aquel entonces circulaban sobre los tipos populares de las diversas regiones de Italia.

Acuarela, 50,6 x 32,2 cm.
Barcelona, Museu Nacional d’Art de Catalunya.
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