De esta obra, también conocida como Fantasía árabe en Tánger, Fortuny realizó dos versiones.
La primera, que comentamos aquí, fue comprada por un coleccionista suizo que vivía en Roma y que era amigo del pintor. Las dos pinturas son bastante similares aunque se observan algunas claras diferencias como la sustitución de una ternera por un león o el cambio de alguno de los personajes que contemplan el espectáculo.
En ésta, Fortuny representó una escena típicamente marroquí ambientada en la ciudad de Tánger: un grupo de cabileños bailando casi extasiados al son de sus propios fusiles disparados al suelo.
Resulta sumamente interesante el detalle con que Fortuny describió a todos los personajes presentes en este singular baile: los caudillos árabes que sujetan la cornamenta de una ternera, un judío que sostiene una copa o un europeo a la izquierda del conjunto.
Según cuentan numerosas fuentes, el pintor de Reus encontró la inspiración para esta obra en su segundo viaje al país norteafricano. Así pues, habría pintado el escenario del natural mientras que lo sucedido allí sería la recreación de un acontecimiento visto en otra parte.
En esta composición ya se aprecia al Fortuny plenamente formado, con su estilo característico logrado a partir de las pequeñas manchas cromáticas, casi impresionistas, que se fusionan en la retina del espectador dando como resultado unas figuras de gran realismo y absolutamente detallistas.
El estilo utilizado en esta pintura está absolutamente basado en el dibujo minucioso; el color, por su parte, es aplicado con una pincelada rápida y certera, mostrando con él todo tipo de detalles en las vestimentas o en las propias figuras. A pesar de la limitación cromática, el pintor consiguió una amplia variedad tonal gracias a la luz, que de hecho es la verdadera protagonista de la escena.

Oleo sobre lienzo, 50,8 x 62,2 cm.
Colección particular.
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