Es posible que esta bella acuarela formara parte del grupo que Fortuny entregó a su marchante Goupil a su llegada a París, ante la constante insistencia de éste.
A principios de siglo XX esta obra pasó del mercado europeo al norteamericano hasta llegar a la colección en la que se exhibe en la actualidad.
A diferencia de las acuarelas taurinas realizadas en 1868, caracterizadas por una gran espontaneidad en la técnica y en la composición, ésta resulta ser una obra muy elaborada tanto por lo que se refiere al espacio en donde se mueve el personaje como al detallismo con el que es tratada su vestimenta.
Seguramente Fortuny inició esta pieza en Roma y la finalizó en París, por lo tanto cabe suponer que el modelo llevaría uno de los trajes de torero de su propia producción. Por la actitud y la pose del diestro, esta obra puede relacionarse con Il contino.
Resulta muy interesante el contraste que se produce entre la minuciosidad con la que es tratada la figura de este torero y la manera en que el pintor resolvió los dos personajes del fondo, a través de una leves pinceladas de color que resaltan sobre el tono grisáceo.

Gouache, pluma y tinta, 25,2 x 17,6 cm.
Williamstown, Massachussets, Sterling and Francine Clark Art Institute.
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