Algunas de las cerámicas de mayólica alemana más primitivas, se hicieron en Nuremberg, en el siglo XVI, aunque mucho antes se habían hecho azulejos de mayólica, frecuentemente para estufas. Se produjeron platos y tarros de farmacia, que en sus dibujos y formas mostraban una fuerte influencia italiana. Sin embargo, la industria de mayólicas en Kreussen, aunque imitando los dibujos italianos, hizo a menudo formas similares a las de la industria local de loza.
En la segunda mitad del siglo XVII se establecieron dos importantes factorías alemanas, la primera en 1661 por refugiados religiosos holandeses en Hanau. Al principio el estilo predominante fue el de los ceramistas holandeses de Delft, hecho en estilo chino, pero gradualmente se fueron desarrollando dibujos europeos.
En éstos se pintaban motivos florales aparecidos entremezclados con pajarillos exóticos y grupos de puntos, sobre jarros típicos con un cuello largo y estrecho y asas en forma de «cordones retorcidos». Hacia 1750 los dibujos se pintaban con la decoración tradicional en el vidriado de la mayólica y también con esmaltes sobre vidriado.
La segunda gran factoría fue establecida en 1666 por un ceramista francés en Frankfurtam-Main. Aquí la mayólica alemana floreció en una cerámica rica, altamente decorativa y ornamental, contrastada favorablemente con los productos más mundanos de la cercana Hanau. La decoración, habitualmente pintada en azul, estaba recubierta con un vidriado incoloro, conocido como «kwaart» para darle profundidad y brillo adicionales. Se hicieron bandejas y platos lisos redondeados o de nueve lóbulos, vasos, jarros y jofainas. Los dibujos típicos de Frankfurt eran de fuerte influencia china y mostraban, por ejemplo, una escena en la cual un chino estaba sentado en un paisaje estilizado con rocas, arbustos, pájaros, mariposas e insectos. También se pintaron dibujos naturalistas de una característica más europea, como los que se hacían en Hanau.
En Alemania continuaron estableciéndose factorías de mayólica durante el comienzo del siglo XVIII. Los cambios en el hábito de bebida dieron lugar a una intensa manufactura de servicios de café y chocolate y esto, combinado con el descubrimiento de la porcelana por Bottger en 1709 y su subsiguiente producción comercial, afectó el diseño y decoración de la mayólica en general.
Por ejemplo, la fina pintura naturalista conocida como «flores alemanas», empleada primero en la porcelana de Meissen, fue adaptada para su uso en la cerámica vidriada al estaño en Strasbourg, donde el estilo de decoración se hizo conocido como «flores de Strasbourg». Esto a su vez afectó a los productos alemanes. También se notó la influencia de la factoría de porcelana de Du Paquier, que existía en Viena por esta época.
Las factorías de mayólica de toda Europa se adaptaron, incluso se expansionaron, bajo las condiciones cambiantes del siglo XVIII en Europa. Sus productos convivían al lado de las cerámicas de porcelana fina que cubrían la necesidad existente de poseer bienes de lujo, mientras que la mayólica proporcionaba una alternativa más barata pero aceptable. Fue, sin embargo, la introducción a gran escala en Europa de las cerámicas de color crema inglesas, por su gran calidad y sus precios fantásticamente bajos, la que finalmente llevó al colapso la industria de toda Europa, alrededor de 1800.