En el sur la cultura nazca floreció en una época similar a la de los mochicas.
De nuevo en este caso se ha aprendido mucho acerca del tipo de vida de este pueblo partiendo de las vasijas, muchas de las cuales se han conservado.
A diferencia del trabajo mochica, en la cerámica nazca se da más importancia a la decoración, y sus formas tienden a ser menos interesantes, teniendo contornos suaves, carentes de la fuerza de las formas mochica.
La cerámica puede describirse como multicolor, ya que los engobes estaban brillantemente coloreados.
Se conocían ocho colores: negro, rojo, blanco, amarillo, verde, marrón, violeta y crema, aunque para una sola vasija era corriente utilizar solamente cinco.
Con frecuencia los dibujos estaban perfilados de negro. Los dibujos se basaban en animales y frutos, colocados en un fondo rojo liso. Gradualmente se ampliaron los temas para incluir sujetos religiosos y mitológicos.