Los pueblos mayas, situados geográficamente en la península del Yucatán, Guatemala y Honduras británica, se desarrollaron bastante independientemente en una zona relativamente segura contra las invasiones.
Hasta el período post clásico mostraron poco interés por la expansión militar.
El trabajo primitivo presenta una gran influencia del Teotihuacan, pero después alrededor del 600 d.C, se desarrolló un efecto decorativo, implicando el uso de pigmentos colorantes de gran brillantez, por cocción de las vasijas a una temperatura más baja. La durabilidad se sacrificaba a la belleza estética.
Como decoración se utilizaban jeroglíficos y animales, pero los dibujos más bellos son las escenas de la vida ceremonial maya.
También se hicieron vasos de sacrificio en forma de animales.