La loza y el vidriado a la sal alemanes, se importaron en Inglaterra aproximadamente al final del siglo XV, y se hicieron muchos intentos para producirlos. La producción primitiva es algo confusa, pues los ceramistas hacían ambos tipos de cerámica. La loza se hacía cociendo la cerámica a una temperatura por encima de los 1.200 Cº, en la que la arcilla vitrifica y se convierte en no porosa.
La loza vidriada a la sal (conocida corrientemente como cerámica vidriada a la sal) se cuece a una temperatura similar, pero se vidria introduciendo sal común en el horno a su máxima temperatura. La técnica de cocción a alta temperatura se introdujo en Inglaterra procedente del continente y se hicieron dos tipos de cerámica.
Un tipo basado en las vasijas que vinieron originalmente de China, conocido como loza roja seca, no era vidriada, sino que se hacía de arcilla roja a la cocción, cuidadosamente preparada. El otro fue la cerámica vidriada a la sal, procedente de Alemania. Mientras que el vidriado a la sal proporcionaba a la cerámica una superficie vítrea, también limitaba los colores al crema y al marrón, pues entonces no se utilizaban óxidos colorantes.
En el siglo XVI se manufacturaron en Alemania muchas piezas vidriadas a la sal, destinadas especialmente al mercado inglés, algunas tenían como decoración en relieve escudos de armas ingleses y similares. Las mejores de estas vasijas eran altamente apreciadas y a menudo eran bellamente montadas en plata. Las grandes cantidades importadas de botellas y picheles alemanes vidriados a la sal, se cortó en 1671, cuando estalló la guerra entre Inglaterra y Holanda. Esto alentó en Inglaterra los esfuerzos de los ceramistas para hacer por sí mismos cerámica vidriada a la sal. La segunda gran influencia de la loza vino de China.
Las actividades de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales en aquel país, dio lugar a la importación en Europa en el siglo XVII de grandes cantidades de cerámica Yi-hsing. La cerámica Yi-hsing era una loza dura roja sin vidriar, hecha principalmente en forma de teteras, y en Inglaterra y en el continente estimuló la popularidad del té.
Tanto en Alemania como en Holanda se llevaron a cabo muchos experimentos para descubrir cómo se hacía esta cerámica y los resultados afortunados se llevaron a Inglaterra.