Alrededor del 700 a.C. las ciudades-estado griegas se expansionaron tanto geográfica como artísticamente. Los griegos colonizaron gran parte del Mediterráneo y entraron en un contacto más estrecho con la Grecia asiática y las ideas decorativas orientales. Esto influyó en la decoración de la cerámica y dio lugar al período conocido como oriental o de las figuras negras, por sus características figuras de color negro, pintadas sobre las superficies de las vasijas rojas.
En los dibujos se introdujo una ornamentación variada, diversos animales y plantas de otros lugares; la curvatura de las vasijas se hizo menos constreñida y parece que hubo una mayor conciencia de la forma orgánica. Se experimentó en el dibujo de la figura humana de forma estilizada.
Más tarde se introdujeron otros colores junto al negro para realzar los dibujos. Pequeñas zonas de morado, rojo y blanco, y más tarde amarillo, ayudaron a romper con la austeridad del estilo geométrico.
Las vasijas decoradas con animales, que hasta ahora habían incluido solamente la cabra y el venado, incorporaron al león, el toro, el perro, el conejo, el águila, el gallo y la oca, así como la esfinge y el grifo mitológicos. Todos los animales se muestran en actitudes formales pacíficas o con poco movimiento y sin signos de agresión. Este estilo animalístico fue llevado a su perfección en el siglo VII a. C. por los ceramistas corintios, utilizando las arcillas amarillas locales.
Se muestran frisos decorados bellamente y realizados en bandas de a menudo no más de 5 cm de ancho. Para representar los detalles en los dibujos se utilizaron líneas incisas y el logro de estos dibujos no tuvo par en ningún lugar de Grecia. También se ven bandas de figuras en una disposición compleja.
Los ceramistas de Atenas encontraron su mayor satisfacción en el estudio y dibujo de la figura humana; esto fue original griego y debe poco a la influencia oriental. Los temas favoritos fueron las batallas, carreras y procesiones y más tarde se introdujeron escenas de la mitología. No se hizo ningún intento para hacer los dibujos absolutamente correctos desde el punto de vista anatómico; lo que parecía importante era registrar los acontecimientos contemporáneos.
Se utilizó un perfil para representar la cabeza, desde el punto de vista frontal; los miembros se representaban de perfil, mientras el torso se representaba de frente o de perfil. No se hizo ningún intento ni de ajustarlo a un fondo, ni de indicar la profundidad.
Las figuras negras se pintaban sobre el fondo rojo y los detalles finos se rayaban a través del engobe, para poner al descubierto el cuerpo rojo. Los dibujos más finos eran a menudo limitados y magistrales, sin nada de la pesadez que se desarrolló hacia el final del período.
Los primeros dibujos incluían muchos motivos en las cenefas, pero gradualmente éstas se simplificaron y finalmente se eliminaron por completo. El morado no se usó demasiado y, de forma convencional, el negro se adoptó para la carne de los hombres, el blanco para las mujeres y el morado se limitó a los vestidos y accesorios. Generalmente los colores eran más oscuros que los utilizados anteriormente por los ceramistas atenienses y corintios.
Puede reconocerse el trabajo de los pintores en concreto y entre los más grandes se encuentran Lydos, Nearchos, Exekias y Amasis. Mientras los ceramistas corintios desarrollaban un estilo animalístico exacto y elegante, los ceramistas atenienses llevaron a su cumbre el estilo de las figuras negras, entre el 550 y 530 a.C.