Por el 1500 la técnica de la mayólica estaba muy introducida en gran parte del norte de Italia. Centros individuales estaban claramente definidos por sus propias características. Toda la naturaleza de la decoración de la cerámica se había separado de la basada principalmente en la influencia española y gótica, pasando a otra que reflejaba la actitud del Renacimiento, y se desarrolló un estilo completamente indígena.
En esta época, los lugares favoritos de reunión eran las farmacias, que estaban prodigiosamente decoradas, con tarros de mayólica para drogas, pintados ornamentalmente. Esta moda, junto con la costumbre contemporánea de exponer grandes platos decorativos sobre aparadores y mesas, alcanzó su cumbre en este período. Esto animó a los ceramistas a producir cerámica rica mente decorada. Comenzaron además a surgir artesanos ceramistas individuales, en gran parte debido al patrocinio de la nobleza rica.
A menudo el trabajo de estos artesanos fue tan altamente valorado como el de las de bellas artes y tenían, además, la ventaja de un medio duradero. Los estilos locales de pintura influenciaron la decoración de la cerámica y muchos dibujos eran copiados directamente de dibujos de artistas famosos.
Aunque las formas se hicieron más complicadas y ornamentadas, fueron a menudo eclipsadas por la decoración. Un plato o cuenco podían, con frecuencia, tener una forma bastante intrincada, reflejando la influencia del trabajo en metal y podían usarse para proporcionar el fondo de una composición pintada detallada.
Sin embargo, la pintura estaba aún relacionada con la lograda por la mayólica, más que con la pintura al óleo, aunque en el nuevo estilo pictórico, conocido como «historiado», que generalmente ilustraba una historia, se representaban escenas complicadas con gran detalle. Los temas mitológicos comenzaron a reemplazar a los religiosos y se introdujeron cupidos, sátiros y delfines. Sin embargo, en Umbría, el hogar de san Francisco, los temas religiosos continuaron siendo los más populares.
Los centros de cerámica desarrollaron en distintas zonas estilos y técnicas característicos independientes. En Castel Durante, en el ducado de Urbino, el estilo historiado alcanzó su cumbre en el trabajo de Nicola Pellipario. Su trabajo estaba a menudo inspirado por grabados de artistas contemporáneos (1540-1547), aunque éstos nunca fueron simplemente copiados, sino interpretados para la técnica de la cerámica. Sus dibujos de animales tienen una vivacidad flexible, como si estuviesen equilibrados para moverse con facilidad, y a menudo aparecen en paisajes idílicos. En estos dibujos los colores estaban delicadamente combinados.
La cerámica de lustre se hizo por primera vez en Deruta, cerca de Perugia, utilizando las destrezas aprendidas de los musulmanes, que huían de la reconquista cristiana de España. Desde aproximadamente 1500 en adelante se hicieron en Deruta una madreperla dorada y un lustre rubí. Puesto que la decoración de lustre no permitía cambios tonales y su interés residía en los reflejos de la superficie, los dibujos solían ser sencillos y recios.
En las primeras piezas se utilizaron combinaciones simples de lustre y otro color sobre un fondo blanco, más tarde las superficies se hicieron en relieve para realzar el efecto de lustre. Se introdujeron escamas, florones y galones, a imitación de los metales preciosos, que captaban y reflejaban la luz. La primera cerámica de Deruta fue bastante convencional, utilizando el borde como orla, alrededor de un motivo central, un busto o un escudo de armas.
Las alfarerías de Cafaggiola gozaron del patrocinio de la familia Médicis y produjeron su mejor trabajo desde 1500 a 1525. Jacopo Fattorino fue un famoso pintor de cerámica, cuyo trabajo tiene a menudo un fondo azul oscuro característico. Es probable que estudiase en el taller de Botticelli o Donatello.
En Gubbio, Umbría, la decoración de lustre se llevó a su perfección por el maestro Giorgio Andreoli, quien desarrolló dorados iridiscentes, rojos rubí y plata, con éxito especial. Los dibujos eran a menudo pintados por Nicola Pellipario y lustrados por Georgio Andreoli. Hacia la mitad del siglo se utilizaron fondos coloreados, siendo los colores más comunes el gris y el azul pálido. A menudo se añadía el blanco para las luces altas. En Faenza se desarrolló mucho el trabajo sobre fondo coloreado.
Alrededor de 1556-1557, Cipriano Piccolpasso escribió un tratado de tres volúmenes en el que describió e ilustró con gran detalle las técnicas utilizadas por los ceramistas de mayólica y cerámica de lustre. Se detallaban las formas, colores, recetas de vidriado y decoración y los libros daban un relato fascinante de la práctica en el taller de la época.
Jarra de cerámica proveniente de Faenza. Fin del siglo XV. (Museo de cerámica de Faenza, Italia)