Antes de la invención del torno, la cerámica se hacía enteramente a mano, por uno de los distintos métodos utilizados o por la combinación de éstos:
1. Se hacían vasijas pellizcadas sobre la mano, aplastando y manipulando la arcilla entre los dedos.
2. Las vasijas enrolladas se hacían colocando tiras o rollos de arcilla unos sobre otros, uniéndolos entre sí y alisándolos por encima. Esto permite la construcción de vasijas mucho más grandes.
3. Se hacían vasijas utilizando moldes o conformadores. La arcilla preparada en placas o en anillos se coloca bien sea sobre formas naturales, como calabazas, cestos u otras vasijas; a veces la arcilla se extiende sobre el interior de un molde, como un cesto, o sobre el exterior en el caso de moldes macizos, como las piedras.
4. Se construyen «artesas» u otras formas angulares con placas de arcilla, hechas cortando o aplastando un bloque de arcilla.
5. También pueden hacerse vasijas golpeando la arcilla de una pella, utilizando un instrumento golpeador por fuera y un soporte interior que, a menudo, tiene forma de hongo. Estas herramientas a veces se conocen respectivamente como paleta y yunque; también pueden utilizarse, como en el valle del Indo, para terminar la forma de una vasija torneada en la rueda.
La mayoría de los primeros alfareros se sentaban en el suelo y probablemente utilizaban la cara interna de sus muslos para sostener la vasija, o la apoyaban en un disco o esterilla situado frente a ellos. Esto les permitía hacer girar la vasija mucho más fácilmente. Estos discos cóncavos se han conservado procedentes del valle del Indo.
En algunas sociedades los alfareros eran mujeres; junto con el cuidado de la zona de vivienda, preparaban trozos de terreno, molían y cocinaban el grano, hilaban, tejían, hacían vestidos, preparaban los adornos y los artículos mágicos, así como confeccionaban y cocían las vasijas.
Probablemente eran los hombres quienes roturaban el terreno, construían las cabañas, vigilaban los rebaños, cazaban y manufacturaban las herramientas y las armas. En otras sociedades los alfareros eran los hombres. Con la evolución hacia las sociedades más urbanas y el establecimiento de grupos bastante más grandes de trabajadores entrenados, cuando las vasijas se hacían en torno, la cerámica se transformó en un trabajo altamente especializado, que probablemente se hacía ya como industria, tanto por hombres como por mujeres.
El torno se inventó y fue adoptado para su uso por alfareros en Mesopotamia, alrededor del 3000-4000 a.C. Al principio se utilizó la rueda de piedra o madera pivotando en el suelo; esto permitía hacer las vasijas mucho más rápidamente. La rueda se hacía girar empujándola o pateándola y su impulso era suficiente para posibilitar la construcción de vasijas.
Esta técnica completamente nueva no solamente acelera la producción, sino que significa que la arcilla debe ser más plástica para permitir su conformación suave; también tuvo una gran influencia en la forma, pues todas las vasijas hechas por este método deben ser redondas y no es posible hacerlas curvas, agudas o con ángulos.
Puesto que las vasijas tenían también que hacerse rápidamente, para evitar que la arcilla se derrumbase, se desarrolló una nueva libertad y espontaneidad en el trabajo, aunque las formas generalmente se hicieron más estandarizadas. También afectó a la decoración; las bandas horizontales podían trazarse rápida y fácilmente sobre las vasijas girando en el torno y comenzó a predominar este método de decoración.
A medida que se desarrolló la tecnología, el torno se hizo más complicado. Se perfeccionó el pivote y finalmente se acopló un árbol a la cabeza de rueda y se añadió un volante en la base, con lo que se obtenía una acción más rápida y uniforme. Este torno básico se utiliza aún en algunos países del Oriente Próximo.