El estilo de Mysore

Paralelamente a la eclosión del estilo Cola y a sus prolongaciones bajo los Pandya se desarrollaron numerosos estilos regionales más o menos en todas partes en la India. El más notable de ellos, floreció en Mysore, que produjo una especie de síntesis entre el vimana y el templo con sikhara. Dominada por los Hoysala (hacia 1073), cuyo poderío alcanzó su apogeo en los siglos XII y XIII, dicha región posee bellos templos típicos de la época medieval, sobre todo en Halebidu (antigua Dorasamudra, capital de los Hoysala), Belur, Somanathapura, Arsikere, etc. Heredero del estilo Calukya tardío (Haiderabad), el estilo Hoysala refleja sin duda alguna los beneficios de una política estable. Las plantas de los templos, su composición y sus techumbres representan en conjunto intentos originales que toman prestados elementos tanto del Norte como del Sur. Por lo que a las plantas se refiere, siguen la regla general de un recinto cuadrado o rectangular encerrando los edificios. Estos últimos se componen de tres elementos esenciales: mandapam, vestíbulo y santuario, pero es frecuente que cada cual sea doblado, triplicado, cuadriplicado y hasta quintuplicado.
Unidos en un solo bloque, suelen estar levantados sobre una plataforma común que los desborda ampliamente y que ocupa el centro de un patio cuyos muros interiores están bordeados por una serie ininterrumpida de capillas (de un número ritual de 64 en el templo de Kesava en Somanathapura) cada una de las cuales contiene una estatua divina. Su planta tiene frecuentemente forma de cruz, y las bases del santuario y de los edificios laterales (que componen una especie de transepto) están redondeadas por una serie de resaltes regulares que forman una planta en estrella (astabhadra).
En varios templos, la base está provista de un plinto no moldurado, cubierto por largos registros superpuestos y adornados con frisos de animales y escenas historiadas, tal es, por ejemplo, el templo de Laksminarasimha en Nuggihalli (1246). Los que poseen planta estrellada tienen un cuerpo guarnecido por gruesos pilares empotrados que repiten verticalmen-te los resaltes y sostienen una cornisa. Encima de ella se eleva una techumbre, cuyas hiladas horizontales prolongan hasta el remate los salientes redondeados que han empezado más abajo, en los pilares. La cúspide está constituida por una losa semicircular y con-
vexa coronada por un pináculo en forma de vaso. El conjunto está cubierto de esculturas, siendo las más importantes grandes personajes divinos bajo arquerías o nichos puestos alrededor de las paredes exteriores, en el punto de unión entre el basamento y el cuerpo del templo. El interior, igualmente decorado, está provisto de hermosos techos esculpidos con decoraciones geométricas y con un pinjante central.
Tal como son, pues, los templos del estilo Hoysa-la constituyen una especie de síntesis de las dos techumbres fundamentales de la India medieval: el sikhara y la pirámide de pisos.
Al terminar este rápido repaso de la arquitectura medieval, es necesario citar aún algunos escasos vestigios de la arquitectura civil y militar, tales como algunas puertas de ciudad (por ejemplo en Dhabhoi, Baroda, del siglo XI), cuyo estilo difiere poco del de los templos.
Hay que mencionar también la aparición, en las provincias occidentales principalmente, de la arquitectura musulmana. En el siglo XII los arquitectos utilizaron en un primer momento templos hindúes y jainas desafectados para convertirlos en mezquitas, apenas sin modificaciones; luego construyeron utilizando materiales procedentes de templos arruinados, particularmente pilares, de los que a menudo superpusieron dos fustes (por ejemplo, en la mezquita de Qutb en Delhi). Finalmente, a partir de la primera mitad del siglo XIII ya se mostraron innovadores y crearon un estilo indo-musulmán que varía según las regiones, pero cuyo repertorio decorativo procede de las tradiciones indias.
Uno de los más célebres monumentos de esta época es el Qutb Minar en Delhi (1226), cuyo cuerpo acuchillado recuerda los resaltes de los templos hindúes. Sin embargo, sólo bajo el impulso de los emperadores mongoles (siglos XV-XVIII) la India fue dotada de una arquitectura musulmana grandiosa.

Escultura
Escultura, en Khajuraho. Junto con el estilo escultórico de Bhubaneswar, el de Khajuraho es el más interesante y bello de la India septentrional de los siglos X y XI. Aquí se muestra a una mujer luchando contra una quimera, tema frecuente en la iconografía de Khajuraho, cuyo significado mitológico todavía no ha sido descubierto