Las puertas del recinto

El siglo IX fue el momento en que empezó la inversión de alturas respectivas hasta entonces observadas para las puertas de recinto (gopuram) y el vimana. En los siglos XII y XIII, en efecto, es cuando los gopuram comenzaron a tomar una importancia que irá acentuándose y que alcanzará su punto máximo en la época siguiente (siglos XV-XVII), mientras que la altura del vimana disminuirá paralelamente hasta ser insignificante (por ejemplo, en el templo de Sri Ranganatha en Srirangam, Tirucirapalli, del siglo XV). Este fenómeno corresponde a una concepción religiosa y mística que prevaleció y que quiere que la mirada del devoto sea atraída desde lejos por el recinto del templo y sus puertas de acceso; luego, a medida que se avanza hacia el centro del templo en espera de la contemplación del dios, que el devoto deje detrás de sí las orgullosas realizaciones humanas, para alcanzar al fin la zona reducida y oscura donde reside el dios en su celda exigua, apacible y secreta, señalada sólo al exterior por el dorado del modesto vimana que lo envuelve.
Se creó así la costumbre de perforar la muralla del recinto con cuatro gopuram y luego la de multiplicar el número de los recintos concéntricos, provistos cada cual de cuatro gopuram en los ejes de los precedentes, con dimensiones que decrecen a medida que se penetra hacia el santuario situado en el centro del patio más interior.
Esta multiplicación de los recintos y, como consecuencia, de los gopuram, fue a menudo el resultado del crecimiento de la prosperidad del templo y del aumento de sus necesidades: por eso la parte más antigua se halla en el centro y los añadidos más recientes hacia el contorno del exterior del templo. El gopuram más característico del estilo Pandya es quizás aquel que fue construido hacia 1250 en el templo de Chidambaram en la cara oriental de su recinto. Es ya una estructura de alta talla: 41 m. Como los de los estilos más antiguos es de planta rectangular.
Se compone de un cuerpo en el que hay practicada una alta y ancha abertura que permite el acceso al patio, y de una techumbre piramidal de aristas rectilíneas que incluye siete "pisos" análogos a los de los vimana ya descritos; está coronado por un semicilindro, cuya existencia en el siglo VIII, en el Kailasanatha de Kanchipuram, ya hemos señalado.
Uno de los últimos templos de estilo Pandya es el de Darasuram (distrito de Tanjore, primera mitad del siglo XIV), el cual presenta, a escala más reducida, una composición muy similar a la de los grandes templos del período de los Cola, pero cuya distribución y decoración arquitectónica denotan una transición entre el estilo Cola y la época siguiente, llamada de Vijanagar (hacia 1350-1565).
La forma de los pilares, de sus capiteles y de sus bases lo demuestran claramente, así como la presencia de bellas estatuas que adornan los espacios comprendidos entre las pilastras del muro exterior del vimana. Finalmente conviene mencionar que el mandapam, por el que se accede a la hilera habitual de las salas de reunión, vestíbulos, etc., está decorado encima del basamento con ruedas de carros y caballos encabritados, sugiriendo que este edificio hipóstilo simboliza un carro procesional.

Las tres torres de Prasanna

Las tres torres de Prasanna, en el Templo de Chennakeshava, Somnathpur. Estas tres torres se remontan al siglo XIII.