• Saltar a la navegación principal
  • Saltar al contenido principal

Historia del Arte

  • Inicio

La huella del Islam en Persia, Turquía y la India (1)

Acaso las obras más perfectas del arte decorativo del mundo entero, por su coloración esmaltada, sean las cúpulas y liwanes de las mezquitas persas de Isfahán. Es difícil encontrar, rastreando los cinco continentes, unos esmaltes tan perfectos y sublimes como los que se hallan en estas mezquitas, sin duda una de las joyas de Persia.

El arco monumental de entrada consigue en ellas proporciones gigantescas; sin embargo, no es la magnitud lo que más impresiona, sino la variedad de los detalles, que mudan de color según cambia la luz cada hora del día.

La característica islámica en arte y literatura es este deseo de producir un continuo espejismo y recordarnos con belleza que nuestras percepciones no son permanentes. Huelga decir que las largas travesías en el desierto, llenas de jornadas agotadoras incluso para los viajeros más avezados, debían de alimentar la fascinación por el fenómeno de los espejismos, por lo que no es extraño que en una región en la que el desierto lo es casi todo, dicho fenómeno tuviera su simbología en las manifestaciones artísticas.

Desde el siglo XIV las cúpulas del Turquestán y Persia presentan una silueta bulbiforme. Son dobles: una más baja, interior, y otra externa, que se distiende como hinchada y está retenida sobre el tambor por muretes radiales, que actúan de contrapeso.

Estas cúpulas bulbiformes han servido de modelo para los diseños arquitectónicos de dos pueblos algo alejados del actual Irán; se trata de los polacos y los rusos. Este hecho no deja de ser sorprendente sobre todo en el caso de la más lejana Polonia. Por otro lado, cabe señalar que la arquitectura nacional rusa tiene más de persa que de bizantina.

Los ejemplos más hermosos de este tipo de cúpulas y de las grandes superficies de colores cambiantes que acabamos de citar son las construcciones levantadas en Isfahán por la dinastía Safávida, que alcanzó el poder en 1502.

La más importante entre el gran número de magníficas obras llevadas a cabo por dicha dinastía, una de las más importantes en la historia del pueblo persa, es la Masjid-i-Shah o Mezquita Real, cuyos tres iwan o pórticos, coronados por cúpulas en las que dominan los colores verde y azul, parecen tres edificios gigantescos independientes. Junto a ella contrastan los suaves rosa y violeta de la mezquita de Masjid-i-Shaykh Lutfu-llah, que data de principios del siglo XVII.

historia del arte
Mausoleo de Itimad-ed-Daula, en Agra. Shah Dja-hán mandó erigir este mausoleo para su suegro en 1626. Este edificio es un ejemplo, no superado, de la integración del arte hindú y del musulmán.

Continúa >>>

El arte del Islam

El arte islámico está indisolublemente unido a la expansión del Imperio árabe o musulmán. Aunque conviene realizar, de entrada, una Seguir leyendo...

La expansión de un Imperio y su arte

El Islam es más que una fe, es más que una religión que proporciona unas doctrinas y unos rituales de Seguir leyendo...

La expansión de un Imperio y su arte (1)

Muy difícil se hace referirse extensamente un arte preislámico pues en los alrededores de La Meca no hay ruinas que Seguir leyendo...

La expansión de un Imperio y su arte (2)

En su origen, la mezquita del Profeta en Medina constaba de un solo patio con un escabel sobre una tarima, Seguir leyendo...

La expansión de un Imperio y su arte (3)

Mientras en su primera conquista, Jerusalén, los árabes respetaron los venerables santuarios del Santo Sepulcro y la Ascensión, en Damasco Seguir leyendo...

La expansión de un Imperio y su arte (4)

Cada uno de estos gobernadores de frontera tenía una corte y una guardia personal en un castillo-fortaleza con muchas dependencias Seguir leyendo...