• Saltar a la navegación principal
  • Saltar al contenido principal

Historia del Arte

  • Inicio

Los árabes en España (8)

Aparte de los palacios y de las mezquitas, elemento indispensable de las ciudades musulmanas son los baños, que cumplen el doble servicio de higiene y de recreo. Tienen la función, como las termas romanas de cientos de años atrás, de lugares de reunión y entretenimiento; son los clubes y casinos para los hombres y las mujeres, los lugares en los que se concentra la vida social, donde se conversa y se consiguen influencias.

La vida oriental sería intolerable sin los haman o baños, donde se discute y chismorrea. Por esto son edificios de carácter público, a veces construidos con gran lujo, pues lógicamente eran muy visitados por aquellos que disponían de más tiempo para la vida social, las personas más acomodadas.

Generalmente tienen una piscina en el centro y están cubiertos por una cúpula con claraboya. Tienen dependencias para las fiestas y las bodas, que los orientales acostumbran celebrar en estos lugares.

Prácticamente tan idiosincrásicos de las ciudades musulmanas como los baños son otro tipo de edificios todavía muy necesarios en los países musulmanes. Se trata de los caravansares o caravanserays, alojamientos para las caravanas de peregrinos y mercaderes, indispensables en una cultura en la que el nomadismo es aún un estilo de vida para muchas personas.

Además, millones de fieles deben visitar por lo menos una vez en la vida la ciudad santa de La Meca, así que, en su larguísimo viaje en muchos casos, precisan de la hospitalidad de los habitantes de los enclaves por los que deben pasar.

Estos edificios suelen estar constituidos por un gran patio con cuadras y dormitorios y la inevitable mezquita. Los bazares colosales de Oriente, a manera de calle cubierta, son también edificios típicos de los pueblos del Islam, y aún hoy día constituyen, sin lugar a dudas, una de las imágenes más representativas de las ciudades musulmanas. Por otro lado, también abundan en las urbes los hospitales y leproserías, que en otro tiempo debieron de estar cuidados con gran esmero.

A pesar de que los árabes supieron dominar durante varios siglos amplísimos territorios de Asia, África y Europa, las obras públicas y de comunicación en todos los países musulmanes eran sumamente primitivas; el Islam no necesitaba edificios de administración y recreo, ni circos ni teatros; pero, en cambio, las obras hidráulicas solían ser de extraordinaria ingeniosidad.

Muchas acequias de irrigación y presas en los ríos de España son todavía del tiempo de los árabes. Ellos restauraron los viejos puentes romanos y construyeron otros magníficos, como el de Córdoba. En Egipto el Nilómetro, una construcción habilísima que sirve para medir la crecida de las aguas del Nilo, es asimismo obra de los musulmanes.

Continúa >>>

El arte del Islam

El arte islámico está indisolublemente unido a la expansión del Imperio árabe o musulmán. Aunque conviene realizar, de entrada, una Seguir leyendo...

La expansión de un Imperio y su arte

El Islam es más que una fe, es más que una religión que proporciona unas doctrinas y unos rituales de Seguir leyendo...

La expansión de un Imperio y su arte (1)

Muy difícil se hace referirse extensamente un arte preislámico pues en los alrededores de La Meca no hay ruinas que Seguir leyendo...

La expansión de un Imperio y su arte (2)

En su origen, la mezquita del Profeta en Medina constaba de un solo patio con un escabel sobre una tarima, Seguir leyendo...

La expansión de un Imperio y su arte (3)

Mientras en su primera conquista, Jerusalén, los árabes respetaron los venerables santuarios del Santo Sepulcro y la Ascensión, en Damasco Seguir leyendo...

La expansión de un Imperio y su arte (4)

Cada uno de estos gobernadores de frontera tenía una corte y una guardia personal en un castillo-fortaleza con muchas dependencias Seguir leyendo...