Cinco mujeres en la calle

Ernst Ludwig Kirchner fue uno de los precursores del primer grupo expresionista orgánicamente constituido, el Die Brücke, fundado en 1905.
Kirchner fue sin duda la personalidad dominante del grupo y quien mostró más claramente esta actitud crítica hacia la sociedad burguesa. En sus pinturas retrata de manera cruel a una burguesía despreocupada e inconsciente de los problemas políticos, que se pasea por la calle sin comunicación alguna. Sus obras muestran una visión apocalíptica de la ciudad moderna, muy relacionada con la del cine expresionista alemán de Fritz Lang, que en 1927 realiza Metrópolis.
Sus primeras telas, pertenecientes a su etapa de Dresde, se encuentran muy cercanas al fauvismo al denotar unas formas simplificadas con colores puros y planos. Pero a poco a poco se fue alejando por entero de la estética fauve por medio de trazos angulosos, de ciertos escorzos, y una voluntad de agresivo primitivismo.
A medida que se acerca la Gran Guerra, sobre todo en su período berlinés, a partir de 1911, disminuye la calidez sensual de las figuras, las formas encierran mayor tensión y los perfiles se hacen más cortantes. Se aprecia a la perfección su estado de ánimo, traumatizado por el espectáculo atroz de la guerra. Desde esta fecha, sus composiciones se caracterizarán por un ritmo lineal de trazos rápidos, bruscos y nerviosos.
Cinco mujeres en ¡a calle (Fünf Fraüen auf der Strasse), de 1913, permite observar este cambio. En un espacio urbano surgen personajes femeninos comprimidos, semejante a un encuadre típico de una película expresionista. En efecto, los colores se han vuelto más apagados y el dibujo parece más nervioso. La influencia de Edvard Munch y la violencia expresiva del color y la línea de Van Gogh son visibles.
El grupo de mujeres, sin comunicación entre ellas, está compuesto por formas alargadas. Tanto en los zapatos, en las plumas, en los cabellos como en las pieles, se acentúan las formas puntiagudas, las líneas en zigzag. Los rostros parecen tallas primitivas. De hecho, el entusiasmo y el aprecio por la escultura negra se manifiesta a raíz del descubrimiento de las máscaras y estatuillas oceánicas de la colección del Museo Etnológico de Dresde, inaugurado en 1903-1904. Los expresionistas valorarán esa inocencia e ingenuidad, casi infantil, de las civilizaciones primitivas.
Este tipo de pintura angulosa, con colores oscuros, enfatiza la exageración de las formas para resaltar aún más la fealdad y la maldad. Incluso las aceleradas perspectivas arrojan las figuras hacia el primer plano, proyectándolas de manera abusiva sobre el espectador para así aumentar la visión de la nueva estética de lo feo.
La deformación vertical de las imágenes denota una cierta tendencia a la verticalización gotizan-te, que sin duda demuestra la fascinación por esta época oscura, y más concretamente por las xilografías. Asimismo, esta estilización de los personajes encuentra un referente histórico claro en la pintura de El Greco. Esa mirada a la tradición y a la Edad Media, y más concretamente al grabado medieval, será una constante en el expresionismo alemán y, sobre todo, en la producción artística de Kirchner.
El presente óleo sobre tela, de 12,05 x 91 cm, se puede admirar en el Museo Wallraf-Richartz de Colonia.