Amedeo Modigliani

Joseph Lévi

1910
Óleo sobre lienzo, 53,7 x 48,7 cm.
Nueva York, colección particular
Joseph Lévi era un pintor y restaurador que trabajaba en Montmartre a principios del siglo. Tenía amistad con Modigliani y más de una vez le prestó dinero, a cambio de lo cual recibía luego dibujos o cuadros. En los primeros años de su estancia parisiense, Amedeo sufría siempre graves estrecheces económicas, hasta el extremo de que Ana Ajmátova recordaba que en 1911 era tan pobre que "no se sabía cómo se las arreglaba para vivir; como artista no lo conocía nadie", y por lo tanto no conseguía vender.
El retrato deja ver una organización clásica en la actitud que adopta el modelo. Desde el punto de vista estilístico, la construcción de la forma, obtenida mediante la yuxtaposición de espesos y amplios toques de color, demuestra un intento por parte del pintor de abrirse a las instancias fauves de Matisse, Derain y Vlaminck, expresadas desde los años en torno a 1905. Tres años después de este lienzo Modigliani ejecutará también el retrato del hijo de Joseph Lévi, Gastón, conservado hoy en el museo de Denver, que hay que entender quizácomo un homenaje a su amigo o bien como el pago de una deuda pendiente.

Joseph Lévi  



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