Paul Klee

Drei weisse Glockenblumen, Tres campanillas blancas

1920
Óleo sobre cartón, 26,5 x 19 cm.
Paradero desconocido desde 1981.
Son numerosos en la producción de Klee los cuadros y dibujos que representan imágenes tomadas de la naturaleza, que constituyen una de los núcleos centrales de su arte. Los cuadros que tienen como tema las plantas y las formas botánicas, unos 10.000, suponen el diez por ciento del corpus de su obra, por detrás sólo de los centrados en la figura humana.
El amor por los seres vivos y las plantas lleva a Klee a parangonar el acto artístico humano con la creación natural. Así, por la necesidad de "estar anclado" en la naturaleza, el artista habla en sus escritos del que crea como si produjese "frutos" cual un árbol o una planta. Incluso reflexiona acerca del posible sentimiento que se puede atribuir a las plantas, al que se alude en muchas obras con títulos como El amor de las plantas (1915), Flores tristes (1917), Plantas extrañas (1921). En ellas, las flores parecen asumir comportamientos humanos y actitudes impulsadas por sentimientos como la tristeza, el amor o el galanteo.
El cuadro titulado Tres campanillas blancas se inserta sin duda en este contexto: es un alegre y complejo conjunto de amplios campos cromáticos que forman planos en intersección entre sí, simulando un paisaje de suaves colinas y verdes prados. Todo en el cuadro parece indicar energía y fuerza vital, simbolizadas por las pequeñas campanillas del título.

Tres campanillas blancas  



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