Hans Arp

Escultura concreta (1934)

Hans Arp

n. 1887 en Estrasburgo, f. 1966 en Basilea

 

Mármol, 37 x 75 x 32 cm.
Propiedad privada

Durante algunos años, la obra de Hans Arp se desarrolló con el movimiento surrealista de París al fondo. En 1916 fue uno de los fundadores, con Hugo Ball, Richard Huelsenbeck y Tristán Izara, del cabaret Voltaire de Zúrich. En 1919/1920 se relacionó en Colonia con el grupo dadaís-ta allí existente y, sobre todo, con Max Ernst. Finalmente, en 1924, el año de publicación del Primer manifiesto del surrealismo de And re Bretón, se adhirió al movimiento surrealista en París para tomar parte al año siguiente en su primera exposición. En aquella ocasión mostró trabajos de pintura; no realizó sus primeras esculturas hasta 1931, poco antes de presentarse en 1932 como cofundador del grupo Abstraction-Création.
Se podría decir que su obra se caracteriza por situarse entre dos polos, el del surrealismo y el de la abstracción. Sus primeros collages reflejan una simplicidad y un rigor que colocan en el centro el tratamiento de la forma, en tanto que los títulos de sus trabajos, de carácter caprichoso y poético, continúan la tradición del dadaísmo y del surrealismo. Asimismo, su manera de trabajar, no convencional, con amplios espacios para el azar y la intuición, y sus procesos creativos, constantemente renovados y desarrollados a partir de la situación, correspondían en buena medida a las concepciones surrealistas.
Otro aspecto de su obra de inspiración surrealista fue el interés mostrado por la metamorfosis del cuerpo femenino, que dio lugar a esculturas que recordaban las formas blandas, con posibilidades aparentemente ilimitadas de cambio, desarrolladas por Picasso o Miró a principios de la década de 1930. Un ejemplo característico es Escultura concreta (Sculpture concrete), de 1934, que recoge las formas sensuales de un torso femenino en un tronco con cabeza y con muñones redondeados. Las figuras, que presentan un desarrollo aparentemente análogo al natural, pueden contemplarse como concreciones de orden orgánico y corporal. Concebidas sin superficie sobre la cual alzarse, pueden ser vistas desde diferentes perspectivas.
No hay un arriba y abajo, un delante y detrás netamente definidos, lo cual subraya el carácter de evolución que tiene la escultura. Para Arp, esta conformación sucesiva, que llamó «concrétion», era un proceso natural frente al cual la elección de una forma a través del arte se aleja de la naturaleza en cuanto acto humano.
Escultura concreta es parte de un tratamiento continuado de este tema en la obra de Arp. Una de las primeras muestras de esta serie es el relieve Configuración de 1927/1928, que reproduce el cuerpo femenino reducido a los hombros, el talle, las caderas y el comienzo de las piernas. El ombligo, colocado en su punto preciso, que para Arp es símbolo de vida y de fecundidad, constituye el elemento decisivo de la representación. Falta en el relieve Mujer ánfora, obra de 1929, que sitúa un cuerpo femenino pequeño delante de un río de color rojo. El caudal encarnado se ensancha en la zona de aplicación de la pequeña forma plástica y se convierte en un remanso amplio que puede interpretarse como un espacio de reposo femenino en el fluir de la vida y también como el vientre de una embarazada que da cobijo a un embrión. En ambos casos se trata de ideas centrales de Arp presentes en toda su obra.


«La medianoche ha llegado al arte. Las Bellas Artes están siendo proscritas.»
Hans Arp

 

Hans Arp  

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