El Surrealismo

Una oficina de investigaciones surrealistas

La actividad surrealista no se limitó a la literatura, la poesía y las artes plásticas, sino que poco antes de la aparición del Primer manifiesto del surrealismo, en 1 924, se creó en París, en la Rué de Grenelle, la Oficina de Investigaciones Surrealistas y después se presentó la revista de sugestivo título La Révolution surréaliste, que desde su aparición en 1924 fue el órgano literario de los surrealistas: «La Oficina de Investigaciones Surrealistas se propuso reunir, con los medios adecuados, las manifestaciones relacionadas con las distintas formas que puede adoptar la actividad inconsciente del espíritu».
Los detalles siguientes, recogidos en Une vague de revés (Una ola de sueños), de Louis Aragón, subrayan que se trataba de una iniciativa privada que buscaba en el surrealismo un resultado práctico: «Hemos suspendido la escultura de una mujer en el techo de la habitación vacía en que cada día nos visita gente atormentada por ideas secretas y víctima del desasosiego [...] Los visitantes llegados de las comarcas más lejanas o nacidos en el mismo París contribuyen a perfeccionar y desarrollar la gigantesca maquinaria de guerra con que se destruirá lo existente para que se pueda introducir y completar lo no existente. En la Rué de Grenelle 15 disponemos de un asilo romántico para todas las ideas que se resisten a clasificarse entre las habituales y alimentamos las revoluciones encarnizadas. Todo lo que todavía queda de esperanza en este mundo desesperado dirige sus miradas arrebatadas a nuestra pobre tienda; el objetivo consiste en poner de alguna manera en pie de vida una nueva declaración de los derechos humanos».
En una fotografía colectiva tomada por Man Ray en diciembre de 1924 aparecen los impulsores de esta idea de renovación de la sociedad (ilustración 2). Los surrealistas se sitúan bajo la escultura citada por Aragón y delante de un cuadro de De Chirico.




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