Cultura y arte de los vikingos

El mismo gusto por el desarrollo de refinadas combinaciones de entrelazados y asuntos de alusión zoomórfica denotan algunas de las muestras principales que ha legado el arte de los vikingos, fase avanzada del antiguo arte de los países escandinavos.
El arte se había nutrido en Escandinavia, desde la Edad del Hierro, principalmente de elementos artísticos celtas y del llamado arte de las estepas que crearon los jinetes nómadas de los grandes espa-
cios centroasiáticos. A la fantasía curvilínea del primero y a la predilección del segundo por la estilización dinámica de figuras de animales, más tarde vinieron a sumarse otros influjos inspirados en las medallas o piezas de orfebrería romana de la época imperial.
Cuando el Imperio romano cesó de ejercer su influencia sobre estos países nórdicos, el arte escandinavo inició su afirmación con características propias. En ello jugaron un papel importante las influencias de Irlanda y Escocia (a través de Dinamarca) y de Oriente y Bizancio por el llamado "camino del país de los varegos al país de los griegos" (Suecia-Nov-gorod-Kiev-Bizancio). De hacia el año 400 databan los dos famosos cuernos de oro, con ornamentación figurativa en relieve, que habían sido hallados en Gallehus (Jutlandia) y desaparecieron al ser robados del tesoro real danés, en 1806, pero que pueden conocerse gracias a exactas réplicas que de ellos se realizaron durante el siglo XVII. Ciertas estelas o piedras sepulcrales suecas llevan grabados episodios que contienen alusiones a los mitos y sagas del legendario de la raza. Así, la estela de Tágelgarda, del siglo VIII (hoy en el Museo de Estocolmo), reproduce escenas de la vida de un héroe vikingo relacionadas con el culto tributado a Odín.
La lauda sepulcral representa el combate en el que el guerrero halló la muerte, único medio de entrar en el Walhalla o mansión de los bienaventurados, para las creencias de aquel pueblo feroz y aventurero. El héroe aparece tendido sobre su caballo, mientras genios femeninos alados vuelan sobre él, disponiéndose a llevárselo. Más abajo, un navio, con guerreros armados con escudos, avanza sobre las olas.
También las grandes piedras con inscripciones rúnicas, relativamente frecuentes en Dinamarca, suelen presentar adornos grabados con combinaciones curvilíneas de cintas y temas figurativos. Pero las obras más importantes de este arte las debemos a las tumbas que datan de la época de las grandes expediciones marítimas realizadas por los guerreros vikingos. Estas se iniciaron a finales del siglo VIII, aunque no adquirieron su típico carácter de correrías virulentas por las Islas Británicas y las costas del occidente y sur de Europa hasta el año 830. Su mayor trascendencia fue durante los siglos X y XI, en que aquellos guerreros marítimos de los Países Escandinavos se establecieron, formando verdaderos Estados, en la costa normanda (911), Inglaterra (comienzos del siglo X), la costa meridional italiana y Sicilia (entre 1016 y 1091). En la misma época los vikingos colonizaban Islandia y Groenlandia.

Hacha y puñal vikingos
Hacha y puñal vikingos (Statens Historiska Museum, Estocolmo). La decoración geométrica de la empuñadura y de la hoja del hacha revela el gusto vikingo por el simbolismo y la abstracción figurativa de sus artes.
Más racionalistas en sus ritos de adoración de los mitos fantásticos que los pueblos mediterráneos, asociaban su devoción con objetos de uso militar, como ponen de manifiesto estas armas fechadas entre los siglos V y VII.

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