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Historia del Arte

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Arquitectura veneciana en el Renacimiento (I)

La fortuna tenía que depararle ocasión de poder desarrollar con toda plenitud varias veces este programa ideal de vivienda rústica, así en las Villas Valmaraña, Sarego y Poiana, pero la más conocida es la llamada la Rotonda, en una altura cercana a Vicenza, edificada en 1566, en un paraje ideal, que Palladio mismo describe con entusiasmo. La Rotonda fue construida para mansión de un «nuevo rico», llamado Capra, el cual, después de haber sido refrendario de los papas Pío IV y Pío V, regresaba a Vicenza cargado de dinero.

Está erigida sobre un basamento, y en los sótanos se hallan las cocinas y la administración. Sobre la terraza, a la que se sube por cuatro monumentales escaleras orientadas a cada uno de los cuatro puntos cardinales, se levanta la casa, cuadrada; en los ángulos se han dispuesto los dormitorios, y en el centro hay una gran sala circular cubierta por una cúpula. Las cuatro escalinatas, y las correspondientes columnatas que sostienen sendos frontones triangulares, es evidente que están directamente inspiradas en los templos romanos, pero la íntima relación de esta villa con el paisaje que la rodea, su volumen cúbico y la rigurosa simetría que se observa no sólo en su aspecto exterior sino en la estructura de su planta son típicas del estilo de Palladio y de su genio personalísimo.

Palladio edificó también las iglesias del Redentor y San Giorgio Maggiore, en Venecia, siempre dentro de su gran estilo de combinación de órdenes de diversas alturas. San Giorgio Maggiore fue iniciada en 1563 y el Redentor en 1577, aunque sólo se terminó después de la muerte del arquitecto. En ambas, Palladio crea un tipo de fachada antimiguelangelesca en la que sorprenden la utilización del orden gigantesco y el gran frontón central alzado sobre semifrontones laterales más bajos. La iglesia del Redentor, muy admirada por sus contemporáneos, casi puede decirse que tiene una triple fachada, determinada por el gran frontón superior y el pequeño frontón de la puerta y los dos semifrontones laterales.

Es famoso también el teatro que construyó por encargo de la Academia Olímpica de Vicenza, de la que él formaba parte. Empezado en el año 1580, lo terminó Scamozzi y se inauguró en 1584, cuando ya había muerto Palladio, con una representación del Edipo Rey, de Sófocles. En Italia, el teatro tomó desde la mitad del siglo XVI una importancia que no consiguió hasta un siglo más tarde en los demás países de Europa.

Los grandes escritores de la época se dedicaron a escribir comedias imitando las de Plauto. Como consecuencia, se tuvieron que hacer decoraciones para el escenario. Al principio eran permanentes, y servían para escenas de interior y de la calle. En la decoración del teatro de Vicenza, Palladio empleó el artificio de poner como telón de fondo una fachada, que lo mismo puede ser la pared exterior de un palacio que la interior de una sala. El Teatro Olímpico de Vicenza es la culminación del lenguaje arquitectónico de Palladio, en el que se funden estructura, decoración y escenografía. Ya en el siglo XVII se le añadieron las perspectivas irreales sobre las que se abren las puertas del muro de fondo de la escena que Scamozzi terminó siguiendo el proyecto palladiano.

Por fin, después de dos siglos de tanteos, de conatos de imitaciones de la antigüedad, de épocas de lucha con la técnica, se ha llegado a estos tiempos triunfantes: los grandes hombres, las grandes obras… ¡Bramante y Miguel Ángel, Sansovino y Palladio! La cúpula de San Pedro en Roma, la Biblioteca de Venecia, la basílica de Vicenza: he aquí el término de tantos esfuerzos. Se está nuevamente en uno de esos momentos culminantes en la escala del espíritu. Completamente seguros de sí mismos, estos hombres no sólo ejecutaron grandes obras, sino que razonaron las leyes de su arte. Sus libros propagan sus ideas: Serlio, Vignola y Palladio escriben tratados que han de facilitar a todo el resto de Europa la plena aplicación del Renacimiento italiano.
El haberse establecido el Renacimiento iniciado en Florencia en la Roma de los papas produjo un cambio bastante considerable en la ornamentación. En las obras de los arquitectos florentinos encontramos los elementos clásicos (palmetas, guirnaldas y volutas) aplanados, sutilizados y algo afeminados, por decirlo así. Toda la decoración arquitectónica del período cuatrocentista es plana y delicada. Al entrar en el siglo XVI, en cambio, cobra robustez y relieve.

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Villa Valmarana de Palladio, en Lugo de Vicenza (Véneto). De este arquitecto, cuya influencia enorme llegó a crear el estilo llamado palladianismo, ya dijo Goethe que representa la aplicación más afortunada del arte clásico a las exigencias de la vida moderna. Aquí son visibles algunos elementos típicos de su estilo: rigurosa simetría y esencialidad, y claridad de los volúmenes.

Arte del Renacimiento

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